viernes, 2 de diciembre de 2016

BANGKOK, LA CIUDAD DE LOS ANGELES

Bangkok es la capital de Tailandia y la ciudad con más población del país. No cabe la menor duda que es la puerta de entrada de los turistas que viajan hacia el sudeste asíático. Es una ciudad cosmopolita, moderna, con grandes edificios y larguísimas y vibrantes calles con un inmenso caos circulatorio pero también es una ciudad cargada de historia y de cultura, reflejada en sus singulares templos y preciosos palacios. 

Es una ciudad con infinidad de atractivos que bien vale una breve o larga visita.
En nuestro viaje a través de Tailandia, el tiempo que dedicamos a Bangkok fue corto pero intenso y desde nuestra experiencia os hago una pequeña lista de ideas o planes a realizar en esta bulliciosa ciudad.
Como atractivos de la ciudad, no hay que dejarse.

SUMERGIRSE EN LA HISTORIA A TRAVÉS DEL GRAN PALACIO REAL

Principal reclamo turístico de la ciudad es, sin lugar a dudas, de visita obligada. No se trata de un palacio sino de un gran complejo rodeado de una muralla en el que se encuentran varios edificios, templos, jardines...
Se encuentra localizado junto al río Chao Phraya. Su construcción se remonta al año 1782 y fue utilizado por la familia real hasta el año 1925. Actualmente solo se utiliza para eventos oficiales.
La zona más espectacular es la de los grandes templos en los que la arquitectura, inspirada en los templos de Ayuthaya, se muestra en todo su esplendor: dorados templos, guardianes gigantescos, espectaculares azulejos.
      
 

martes, 18 de octubre de 2016

EL PUENTE ENTRE DOS CONTINENTES

La península de Reykjanes está situada en el suroeste de Islandia.

Cerca del aeropuerto de Keflavik se encuentra un curioso puente, llamado puente entre dos continentes. 


martes, 16 de agosto de 2016

SINTIÉNDOTE UN GRANJERO EN EL ETHNO VILLAGE STANISICI

Ethno Village Stanisici está situado a pocos kilómetros de la ciudad de Bijeljina, en Bosnia. El pueblo fue construido en el año 2003 por  Boris Stanisic en una búsqueda por recrear la vida rural de la Bosnia central de principios del siglo XX.

Hay varios aparcamientos y todos están llenos. La gente de alrededor  llega al pueblo en una excursión  para pasar el día y divertirse en familia
En el  pueblo hay dos hoteles, restaurantes y bares. Muchos recién casados  celebran su boda y no me extraña ya que el entorno es muy bonito.

Además de los hoteles hay unas pequeñas casitas de madera esparcidas por toda el pueblo. Hacemos el chek-in en la recepción del hotel y nos asignan una casita.


jueves, 28 de abril de 2016

LA "BOUILLABAISSE", LA EXQUISITEZ DE MARSELLA

Marsella puede que no sea la más bonita de las ciudades francesas pero su gastronomía es reconocida en toda Francia. Cocina sencilla con productos de la tierra y marítimos de primera calidad, sazonados con hierbas provenzales y regados con aceite de oliva,  hacen de la simplicidad un auténtico arte.
Sin lugar a dudas, el plato por excelencia de esta ciudad, es la sopa bullabesa. No hay que marcharse de Marsella sin probar, por lo menos una vez, esta riquísima sopa. Esto es lo que hicimos nosotros en el fin de semana que estuvimos visitando la ciudad.

En sus orígenes, esta sopa era cocinada en  la playa por las mujeres de los pescadores. Se utilizaba el pescado menos apreciado o dañado y también el que no podía venderse en el mercado. De ahí podría ser el origen de su nombre "bouillir" (hervir) y "baisse" (deshecho). Calderos con agua de mar hervían el pescado en un fuego a leña y ésta era la comida sencilla pero sabrosa de los pescadores. 

Poco a poco, se sustituye el agua de mar por un fondo de pescado y la receta se va depurando y ganando en calidad. De la playa pasa a las tabernas, hosterías y de aquí a los restaurantes.

Se dice que fue Lord Brougham (1778-1868), canciller del gobierno inglés quien popularizó la sopa. El aristócrata se encontraba en Cannes cuando se declaró una epidemia de peste y tuvo que buscar refugio en una hostería de un pequeño pueblo de pescadores. La dueña, al recibir a tan ilustre huésped, le preparó una sopa espectacular regada con un vino blanco de la región. Lord Brougham quedó maravillado ante tal exquisitez.

Este plato sencillo y popular ha ido evolucionando y perfeccionándose pero, como mínimo, ha de incluir 4 tipos de pescado que pueden variar en función de las capturas: escórpora, araña, congrio, pez rata y, como opcionales, gallineta, pez de San Pedro y rape...aunque la condición principal para una buena sopa, es que el pescado sea fresquísimo, recién pescado.

Se sirve acompañado de pan seco, de ahí viene también los orígenes humildes de la sopa y de una salsa llamada "rouille" hecha con yema de huevo, ajo, aceite de oliva parecida a nuestro "alioli".

En la década de los 80, cocineros marselleses, para perpetuar la autenticidad del plato, elaboraron la "Carta de la Bullabesa"  una metodología que hay que seguir y que, entre otras, cosas indica el tipo y cantidad de los pescados a utilizar,  estos pescados han de ser puestos en conocimiento del cliente, el pescado ha de cortarse en presencia del comensal y servido en dos tiempos.

Como no podía ser de otra manera, en nuestra visita a Marsella hemos probado la sopa. En el hotel nos recomendaron el restaurante Hippocampe situado frente al Puerto Viejo.

Nos sirven primero la sopa y nos traen una bandeja con pan seco y la salsa rouille además de queso emmental. 
 
Lo acompañamos de un vino blanco de la región. Inmediatamente, el gerente se acerca a nuestra mesa para comentarnos los pescados que hay en la sopa y como hay que comerla. Primero se unta el pan con la salsa, se espolvorea con el queso y se introduce el pan en la sopa. Una vez blando ya se puede empezar a comer.  

martes, 23 de febrero de 2016

APUNTES Y CONSEJOS SOBRE LOS TRENES VIETNAMITAS

Una de las formas de moverte por Vietnam de manera fácil, y más o menos cómoda, es viajando en tren. En Vietnam el tren que recorre el país de Norte a Sur a modo de columna vertebral, es el llamado "Expreso de la Reunificación", uniendo las dos ciudades más importantes del país. Parte de Hanoi y galopa de forma pausada sobre unos rieles oxidados a lo largo de 1.726 km, atravesando 1334 puentes, adentrándose en 27 túneles y parando en 158 estaciones localizadas en  pueblos casi anclados en el pasado, hasta llegar a Saigón.
Mirando a través de las opacas ventanas, el exterior nos regala bonitos paisajes y estampas únicas. La velocidad media es de 30-40 km y, no cabe decir, que las horas empleadas en hacer este recorrido son muchas, unas 48-58 horas.