viernes, 4 de octubre de 2013

INDIA EN COCHE DE ALQUILER


Cuando dijimos a la family que nos íbamos a la India por libre y con coche de alquiler, se lo tomaron a risa. Anda ya.!! como vais a conducir por la India, estáis locos. Pero, cuando vieron que ya teníamos la guía en la mano...

...y, especialmente, los carnets internacionales de conducir, ya vieron que les tocaría sufrir todos los días que estaríamos de vacaciones.

Siempre que hemos podido, en cada uno de nuestros viajes, hemos alquilado un coche y hemos conducido por el país. Nos gusta, nos da mucha libertad de acción y nos sentimos seguros. En la India parece que la cosa es complicada, incluso arriesgada y peligrosa por la conducción. Lo sabemos, lo tenemos asumido y...aceptamos el reto.

Lo primero que hemos comprado ha sido el billete de avión. No ha sido un billete demasiado barato, ya que querer volar con una compañía determinada, obviamente encarece el precio, a esto, hay que sumarle que tampoco lo hemos comprado con demasiada antelación para conseguir el precio óptimo. Volamos con Lufhansa con escala en Munich.

El siguiente paso ha sido el coche de alquiler. Conseguir un coche de alquiler en la India, sin conductor, es tarea difícil. La primera opción fue con Rentalcars ya que tenían un Renault duster, lo más pequeño en un tipo 4x4 y nos pareció bastante bien.

Al cabo de unas semanas recibimos un e-mail de rentalcars diciendo que  anulan nuestra reserva con la compañía que hemos alquilado, Myles, ya que no aceptan pago con tarjeta de crédito. Sin tener nosotros conocimiento, nos reservan con otra compañía y otro coche totalmente distinto, un toyota Innova de 7 plazas y suministrado por instant Cabs. Nos llega otro mail para ver si estamos de acuerdo.

Vaya...pues no señores...no estamos de acuerdo. Somos dos personas. ¿Como vamos a movernos por la India con un coche tan grande?. Tras ponernos en contacto con rentalcars, nos dicen que no hay nada más que nos puedan ofrecer. Resultado: anulamos la reserva. 

Vemos que "Avis"también nos da opción para poder alquilar. Allá vamos.!
Después de hacer todo el proceso on line, llega un momento en que no lo veo claro y llamo directamente a la compañía para reservar  por teléfono. La señorita que me atiende, muy amable, me dice que no hay problema. Yo insisto en que quiero el coche sin conductor, y ella insiste, también,  en que no hay problema. Me pongo tan pesada que, al final, me dice que lo preguntará a su superior. Por fin.!!

Después de largo tiempo colgada del teléfono, efectivamente, me dice (creo que con la cabeza gacha) que no es posible. Pues vaya, si no te das cuenta, haces toda la reserva, te quedas tan ancho y, cuando llegas a Delhi, te encuentras el coche, la sorpresa y los problemas para deshacerte del conductor. Les pido que lo pongan claro en su web y nosotros, otra vez sin coche.
Volvemos con rentalcars (ahora somos nosotros los que vamos con la cabeza gacha) y alquilamos un coche normal, un compacto, tipo toyota etios o similar. No hay nada más a un precio que no sea desorbitado. Venga pues con este nos quedamos.!.

Además del coche, necesitamos el permiso internacional de conducir (se tramita en Tráfico).

Tramitación del  visado.. Al principio parece muy complicado ya que se tiene que hacer vía internet, la página que lo tramita es Arke BLS Center S.L No hay otro modo posible, a excepción que se vaya a una agencia de viajes, les entregues la documentación y te olvidas de todo. Esto tiene un precio más elevado y el proceso es el mismo. Aunque, todo hay que decirlo, hacerlo de una manera o de otra, tramitar el visado no es barato: 88,50 € por persona.

Vacunas: No hay ninguna vacuna obligatoria pero, os aconsejo acudir al centro del viajero de vuestra provincia, para que los facultativos os aconsejen de las vacunas preventivas. 

Nosotros ya teníamos puesta la de la hepatitis A y B y la del tétanos, muy aconsejable al viajar a un país donde la limpieza por las calles brilla por su ausencia. En mi, es muy aconsejable esta vacuna, ya que en todos los viajes que hago, voy por los suelos, en un momento u otro. 

Botiquin: Os he de decir que nosotros siempre llevamos un super botiquín. 


Además de las primeras curas, en caso de caídas, y de nuestros medicamentos personales, no nos olvidamos de:

-Antiinflamatorios.
-Antihistamínicos.
-Aspirinas.
-Antiácidos.
-Antibióticos.
-Corticoides.
-Colirio ocular.
-Loción antimosquitos. Siempre llevamos Relex extrafuerte
-Pomada o loción para calmar la picadura.
-Sales de rehidratación
-Termómetro.

Los medicamentos los separamos en tres partes: una se queda en la maleta y las otras dos nos las repartimos en las mochilas. De esta manera, si las maletas no llegan, no nos quedamos sin botiquín.

También entra en la maleta:

-Antimosquitos eléctrico. Siempre lo enchufamos al ir a dormir y, realmente, funciona.
-Saco-sábana. Si sois un poco escrupulosos os irá de maravilla. No ocupan demasiado espacio y por lo menos a mi, me ha ido muy bién.
-Un botecito de alcohol. Muchas veces no puedes lavarte las manos y estos botes pequeños te salvan en más de una ocasión.
-Una linterna. En la India son frecuentes los apagones y no está de más llevar una pequeña linterna.
-Un rollo de papel higiénico. Normalmente se encuentra papel higiénico en los hoteles pero, son muy pequeños. Puede que, en algún hotel modesto no se encuentren rollos. Vale más prevenir.
-Impermeable y cubre mochilas. Si se viaja en época monzónica, llueve y mucho, las mochilas pueden quedar mojadas incluso si están dentro del maletero de un autobús.

La ruta, después de varios retoques, ha quedado de la siguiente manera. Ya veremos que podemos hacer y que se quedará en el camino.

1.BARCELONA-DELHI. Hotel Holiday Inn New Delhi International Airport
2. DELHI-AMBER-JAIPUR. Hotel Leisure Inn Grand Chanakya. (294 km. 6:01 h).
3. JAIPUR-PUSHKAR-AJMER.Badnor House-The Heritage Homestay. (160 km. 3:07 h).
4. AJMER-CHITTORGARTH-UDAIPUR. Hotel Mahendra Prakash (310 km. 5:10 h).
5. UDAIPUR-RANAKPUR-JODHPURRatan Vilas(262 km. 4:51 h.
6. JODHPUR-JAISALMER. Hotel 1st Gate Home-Fusion. (310 km. 4:57 h).
7. JAISALMER-BIKANER. Hotel The Laxmi Niwas Palace. (330 km. 4:39 h).
8. BIKANER-FATEHPUR-MANDAWA. Hotel Radhika Haveli. (306 km. 5:26 h).
9. MANDAWA-Bathinda-Faridkot-AMRITSAR. Golden Tulip Amritsar. (479 km. 9:14 h).
10.AMRITSAR Golden Tulip Amritsar.
11.AMRITSAR-CHANDIGARH.Hotel Icon. (231 km. 3:57 h).
12. CHANDIGARH-MORADABAD
13. MORADABAD-LUCKNOW . Best Western Plus Levana. (511 km. 10:51 h)
14. LUCKNOW-VARANASI. Shree Ganesha Palace (319 km. 5:32 h).
15.VARANASI.Shree Ganesha Palace
16. VARANASI-KHAJURAO. Radisson Jass Hotel. (397 km. 8:39 h).
17. KHAJURAO . Radisson Jass Hotel.
18. KHAJURAO-ORCHHA- GWALIOR Usha Kiran Palace. (297 km. 5:54 h). 
19. GWALIOR-. Seven Hills Tower. (176 km. 3:35 h).
20. AGRA-FATHEPUR SIKRI. Seven Hills Tower.
21. AGRA-DELHI. Hotel Radisson Blue Marina.
22. DELHI. Hotel Radisson Blue Marina.
23. DELHI -Aeropuerto
24. DELHI-BARCELONA.


Con las maletas cerradas, documentos bien guardados, mucha ilusión y algunos nervios, comenzamos nuestras vacaciones. Destino: India.

SABADO 9-7-2016

Ha llegado el gran día y también el gran madrugón. A las 4.45 de la madrugada ya estamos dentro del taxi que nos llevará al aeropuerto. A las 5,15 facturamos en el mostrador de Lufhansa. Todo es muy rápido, no hay nadie haciendo cola. En un momento estamos ya pasando el arco. Bingo.! ésta vez no ha pitado nada. 
Libres de las maletas y solo con la mochila a la espalda, nos vamos a desayunar. Aprovecho para tomarme mis ayudas para el vuelo y paseamos por el aeropuerto mientras buscamos nuestra puerta de embarque. Primer vuelo Munich.
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Nos dan un pastelito y una bebida a medio vuelo y llegamos puntualmente a Munich. Un par de horas más tarde ya estamos en la cola de embarque, ahora si, destino Delhi.
 
El avión tiene una configuración 2-4-2

Las pantallas individuales no me gustan demasiado, será que estoy acostumbrada a las de Qatar que las encuentro fantásticas. Nos dan la comida, después puedo dormir un poco. Llegamos a Delhi sobre las 23:00. El vuelo se ha hecho bastante largo.
Llenamos el papel de entrada, pasamos inmigración y ya estamos en la India. Nos llama la atención el aeropuerto, muy nuevo y moderno.
 

La reserva del hotel la hemos hecho en el Holiday In del aeropuerto ya que mañana tenemos que recoger el coche en el aeropuerto.  No es un hotel barato pero era la mejor opción, además, siempre es mejor dormir bien la primera noche. El hotel tiene un servicio gratuito de transporte y esto nos va de perlas ya que, coger un taxi a estas horas y, seguramente, empezar a discutir con el conductor para que ponga el "meter", el taxímetro, no nos apetece demasiado. 
Un chico con nuestro nombre nos está esperando. Llegamos al hotel contentos, el vuelo ha sido correcto y, de momento, no hemos tenido ningún contratiempo.

Nos vamos directos a dormir.
 

DOMINGO 10-7-2016

Nos levantamos temprano. Después de un sueño reparador y un buen desayuno, volvemos al aeropuerto para recoger el coche. Tenemos que llamar a la compañía ya que no disponen de oficina física y el coche lo tienen que traer.
Al cabo de unos 15-20 minutos viene un señor con el coche. 
Primer disgusto: este coche no es el que reservamos ni siquiera es uno similar. Es un coche de categoría inferior. Empiezan las discusiones y por lo que vemos, no vamos a conseguir nada. Llamo a rentalcars y les explico lo ocurrido. Entre rentalcars y la compañía tampoco se ponen de acuerdo. Son tajantes: no tienen otro coche. Nos aconsejan que cojamos este coche y luego al volver del viaje ya iniciaríamos los trámites pertinentes.
Muy enfadados, cogemos el coche ya que no tenemos otra opción. Es un suzuki swift, un coche mucho más pequeño que el toyota etios que habíamos reservado.

Hacemos fotos de todos los golpes y ralladas que tiene ya que es muy posible que, al final del viaje, nos digan que los hemos hecho nosotros.
Intentan meter las maletas en el maletero, pero claro, no caben. No insistas, no caben.!!!

Pues ala, toca una maleta en el maletero y la otra dentro del coche, lo que nosotros no queríamos. Sin esperar más, arrancamos el coche y directos hacia Amber
Para una primera toma de contacto con los conductores, carretera y obstáculos, optamos por coger la autopista y empezar a tantear el terreno.
Las cabinas de peaje no pueden estar más deterioradas.

 A los pocos quilometros ya intuimos como será la conducción. Vamos a necesitar los cuatro ojos puestos en la carretera. En la misma autopista, vienen coches en sentido contrario.

Se da la vuelta cuando interesa.

Se cruza sin ningún miramiento.


Cuando dejamos la autopista, la cosa es mucho peor. El colapso circulatorio es bestial, con una cantidad de camiones nunca vista.

La fauna que encontramos por la carretera es de lo más diverso.
 
 
La carretera no está en buenas condiciones y empleamos mucho más tiempo para llegar al fuerte teniendo que prescindir de ver el museo de Alwar.
Llegamos al fuerte de Amber, situado en una posición privilegiada y estrategica en lo alto de una colina.

Se puede subir a pie, en camello o en coche, nuestro caso. El fuerte es un complejo palaciego construido con arenisca rosa y amarilla en 1592.
 
Las tropas, de regreso de la guerra, mostraban el botín de guerra en el patio principal.
 
A través de las ventanas cubiertas con celosías, las mujeres contemplaban el espectaculo sin ser vistas.

El salón de Audiencias Públicas presenta una doble hilera de columnas, cada una coronada por un capitel con forma de elefante.

Espectacular es el Palacio de los Espejos. Cuando la realeza vivía en este lugar, durante la noche, al pasar por esta estancia, con una sola vela quedaba la habitación iluminada gracias a los pequeños espejos que cubren toda la estancia.
 
Los aposentos del marajá se encuentran en el tercer patio.
 
Los aposentos privados de las concubinas rodean el 4º patio. Se diseñaron de forma que el marajá pudiera tener sus juergas nocturnas sin que nadie se enterara, ya que son independientes pero con un pasillo común.
 
La visita al fuerte ha sido muy interesante. El fuerte-palacio es muy bonito, un lugar imprescindible si se va de camino a Jaipur.
En este lugar se ven muchos monos que campan a su aire por las murallas.
 
Empieza a ser tarde y, aunque estamos muy cerca del fuerte de Jaigarh, de los cenotafios reales de Gaitor y del fuerte Nahargarh, optamos por ir directos a Jaipur, ya que a las 5 de la tarde todo está cerrado y lo más importante, no queremos conducir con luz.
Llegamos a Jaipur con muchísimo tráfico.
 
Con muchas ganas, llegamos a nuestro hotel: Leisure Inn Grand Chanakya. El hotel de estilo occidental es bonito y agradable.
  
Nuestro primer día en la India ha sido intenso. No hemos podido ver todo lo que queríamos por falta de tiempo. En esta primera toma de contacto con las carreteras del país, lo que es muy evidente, es que los tiempos marcados por el Google maps no se corresponden con la realidad. Esperemos que los días sucesivos tengamos más suerte.

LUNES 11-7-2016

Toca diana a las 8:00 y desayunamos tostadas con mantequilla y un café con leche, nada de zumos, no queremos arriesgarnos. Dejamos las maletas preparadas dentro del coche y nos vamos a pie hacia el palacio de Jaipur.
En un principio la capital del Rajastan fue Amber pero, al crecer la ciudad el agua escaseó y el marajá construyó su palacio en Jaipur trasladando la capital a esta ciudad. En 1876 el marajá Ram Singh ordenó que pintaran de rosa todo el casco antiguo que, según se dice, es el símbolo de la hospitalidad. De esta manera dió la bienvenida al príncipe de Gales, el futuro rey Eduardo VII. Actualmente la ley obliga a todos los habitantes de la zona a mantener el rosa en las fachadas de los edificios, por este motivo a Jaipur se la conoce como la ciudad rosa.
Andando llegamos hasta la Puerta de Ajmer, una de las tres puertas más importantes de la ciudad, cruzando amplias avenidas.

No se puede negar que la ciudad es rosa, rosa.
 
En el centro de una de las principales calles de Jaipur, se encuentra el Hawa Mahal o Palacio de los Vientos. Construido en el año 1799 de arenisca roja, tiene cinco plantas que recuerdan a una colmena. Aunque en la actualidad se conserva poco más que la fachada, se ha convertido en el símbolo de Jaipur.
Formaba parte del palacio de la ciudad, era una extensión de los aposentos de las mujeres. A través de sus 953 pequeñas ventanas que dan a la calle, las mujeres podían observar la vida cotidiana que se desarrollaba en la calle sin temor a ser vistas. El viento entraba a través de las numerosas ventanas permitiendo un poco de frescor incluso en verano.

Continuamos por las calles de la ciudad en la que vemos mucha suciedad y abandono.
 
Ya lo dicen, los pisos superiores son los de mejor vista. La cabra se ha pillado un buen ático.

El Palacio de la ciudad se encuentra también el el centro de la ciudad vieja. El palacio es una mezcla de arquitecturas rajastaní y mongol.

El interior, en sus distintos edificios, alberga distintos museos. En el salón de audiencias, construido en rosa, blanco y suelo de mármol, el marajá se reunía con sus ministros.
 
Aquí se encuentra dos enormes vasijas de plata de 1,6 m de alto, al parecer los mayores objetos de plata del mundo. En estos recipientes, el marajá Madho Singh II, hizo transportar agua del Ganges a Inglaterra cuando se desplazó allí para asistir a la coronación de Eduardo VII en 1902.

El patio interior del palacio tiene cuatro puertas que representan las estaciones del año. La puerta que representa el otoño, es la Puerta del Pavo Real.
 
Los diferentes edificios albergan la armería, una galería de arte y una colección de trajes reales y chales.
 

Salimos del palacio y nos vamos hacia Jantar Mantar, situado muy cerca del Palacio de la Ciudad. Hay un billete combinado junto con el del palacio.

El Jantar Mantar es uno de los cinco observatorios astronómicos que hay en la India construido por el maharajá Jai Singh, aficionado a la guerra y a la astronomía. Este observatorio se empezó a construir en 1728 y se tardó dos años para su completa realización.
Hay una colección de 14 "instrumentos de cálculo" que median el tiempo, predecían eclipses, seguían las trayectorias y órbitas de las estrellas y averiguaban las declinaciones de los planetas. Los aparatos están construidos en piedra local y mármol y tienen una extraordinaria precisión. Podemos ver el reloj solar más grande del mundo.

También vemos dos círculos de 5,4 m de diámetro  recubiertas de mármol que reflejan el mapa astral.

Ciencia y religión se mezclan en este recinto repleto de curiosos y fascinantes instrumentos.
 
Todas estas innovaciones tecnológicas y arquitectónicas que supusieron una revolución en su tiempo son Patrimonio de la Humanidad desde el año 2010.
Hace mucha calor para regresar otra vez a pie y cogemos un tuc tuc hasta nuestro hotel.
  
Cogemos el coche y ponemos rumbo hacia hacia Pushkar saliendo de la ciudad rosa con un tráfico de campeonato,  bocinas sonando por todos los lados y los tuc-tuc intentando colarse a diestra y siniestra.
 
El tiempo está cambiando de forma rápida y parece que, de un momento a otro, empezará a llover. Cogemos la autopista, aunque esto de autopista es un decir, ya que todos campan a su aire. Parece que las normas no existen, haz lo que puedas para llegar donde quieras. Efectivamente, el cielo se ha puesto negro, negro y nos cae una buena lluvia.

Cuando dejamos la autopista, la cosa empeora mucho. La carretera es malísima con muchos socavones y un asfalto de lo más horrible.
 
La lluvia cada vez es más fuerte y, en muchos tramos no vemos nada. Como podemos, llegamos a Púshkar. La lluvia es tan intensa que yo, ni bajo del coche. Cesc, hace una foto del lago  pero apenas se ve nada. Una lástima.!

Decidimos que no vale la pena quedarse ya que parece que tendremos lluvia para rato y nos vamos hacia Ajmer. Son las cinco de la tarde y parece que esté anocheciendo.
Sobre las seis y lloviendo llegamos a Ajmer.

Nos cuesta un poco encontrar nuestra homestay. La anfitriona nos está esperando. Parece que somos los únicos huéspedes. Las habitaciones se encuentran alrededor de un bonito patio.
 
Nos acompaña a nuestra habitación sin parar de hablar. La habitación es amplia, sobria y con unas camas muy altas. Sin pretensiones pero correcta.

El baño también es muy amplio.

Por suerte ha parado de llover aunque el cielo está muy amenazador. Le pedimos a la propietaria que nos indique un restaurante donde se pueda comer comida occidental. Nos indica uno que, según  dice, es uno de los  mejores de la ciudad aunque está un poco lejos.
Cogemos un tuc tuc hacia el restaurante. El restaurante está vacío. No hay demasiado para elegir pero, por suerte hay pizza y esto es lo que pedimos junto a unas buenas cervezas pero Ajmer es una ciudad sagrada y es difícil encontrar alcohol. En los restaurantes muchas veces hacen la vista gorda y aunque dicen que lo tienen que preguntar, la mayoría de las veces no hay problema en conseguir al menos cervez.
Después de la cena vamos hacia la homestay a pie para ver la vida nocturna de la ciudad. Es difícil 
caminar por la ciudad, no hay aceras, el suelo está lleno de barro, los coches pasan por donde pueden, en fín no se si ha sido buena idea ir caminando.
Llega un momento en que se acaban las casas y el bullicio de gente y la "carretera" queda a oscuras. Nos vemos solos andando, con solo la luz de una pequeña linterna y con el miedo de que algún coche nos pueda atropellar. Vamos a paso rápido hasta que volvemos a ver casas y luz pero no hay nadie. Nos hemos despistado un poco y nos cuesta encontrar la calle de nuestra homestay.  Vamos tan rápidos que no veo un enorme socavón de la carretera y caigo por los suelos. Me he dado un buen trompazo en la rodilla. Ya me esperaba alguna caída, soy especialista en ello. Cada año cae alguna, pero ésta no me la esperaba tan pronto. 
Por fin llegamos a la casa, me doy una buena ducha y me limpio bien la herida, sólo faltaría que ahora se infectara. Un poco nerviosos por lo ocurrido nos vamos a dormir. Mañana será otro día.

MARTES 12-7-2016

He dormido bastante bien pero aún tengo la rodilla hinchada y me cuesta doblarla. Ayer quedamos con la dueña que iríamos a desayunar sobre las  8.30. Puntuales, salimos de la habitación hasta la mesa del patio que ya está dispuesta para nosotros. Nos vuelve a preguntar qué queremos para desayunar a lo que nosotros volvemos a decirle, igual que ayer, que sólo queremos tostadas y café con leche. Se acomoda a nuestro lado y no para de hablar.
Se muestra bastante sorprendida que sólo queramos tostadas. Al cabo de poco tiempo, un joven nos trae un plato con las tostadas, bastante negras, además de mantequilla y dos botes de mermelada en los que, prácticamente, sólo queda una cucharada pequeña que no cubre ni una tostada. Nos ofrece también algo que dice que es miel, muy picante pero que, ni por asomo, sabe a miel,
Abro el bote de nescafé y, al introducir la cuchara, noto que todo el polvo de nescafé está pegado, imposible sacar algo. La dueña me mira y coge el nescafé. Es obvio que hace siglos que nadie ha metido la cuchara allí dentro. Parece una piedra negra. Llama al chico, el cual se lleva el bote de café hacia la casa. Pensamos que traerá uno de nuevo pero no, es el mismo bote con el polvo un poco más suelto. ¿Habrá utilizado un martillo para romper la piedra negra de café?
Desayunamos tostadas negras como el tizón y untadas con una pasta sabor a guindilla, acompañando el conjunto con  un café muy añejo, casi servido a golpe de martillo. Nos pregunta si queremos más tostadas a lo que Cesc y yo contestamos casi al unísono: Noooooo, gracias!.
Sin terminar el último sorbo de café, desaparecemos de la mesa y salimos de la casa. Cogemos un tuc-tuc hacia el Mausoleo del santo sufí Khwaja Muin-ud-din Chishti, el centro de peregrinación musulmán más importante del país.

Aunque es un santuario muy importante, cuesta llegar hasta allí porque las calles están cerradas a la circulación. Nos dejan un poco lejos y tenemos que ir caminando. A medida que nos vamos acercando hay cada vez, más y más gente. La calle está atestada de gente y todos nos miran extrañados. Multitud de peregrinos, gente enferma, con malformaciones van caminando hacia el mausoleo del santo porque creen que él les solucionará sus problemas de salud o personales. Llega un momento en que no podemos avanzar más y aún queda un buen trecho para llegar. Me siento insegura y agobiada por tanta gente, por el calor, los olores...No puedo ni alzar la mano para sacar una foto, lo único que podemos hacer es dejarnos llevar por la marea humana.
Miro a Cesc y le digo que no quiero continuar. Él, sin discutir, me coge fuerte de la mano y damos media vuelta. Si era difícil avanzar hacia delante, más lo es ir a contracorriente de la gente. Respiramos tranquilos cuando podemos salir de allí. Hemos hecho bien ya que era imposible llegar al mausoleo. No me arrepiento de no haberlo visto. No me puedo ni imaginar la de gente que habría dentro.
Cogemos otro tuc tuc para llegar al Templo Nasiyan.

Las calles están hechas un asco, el tuc tuc va como un bólido y, a cada hoyo que pasa, encharcado de agua, el agua salpica hasta los bajos de los pantalones. Puaj.!

El Templo Nasiyan también se le conoce como el templo dorado. Me enfundo por primera vez mis "zapatillas"plastificadas, cortesía de Alexia, y a ver cómo funcionan.

El  vestíbulo, de dos plantas, alberga unas esculturas de edificios y animales que representan la visión jainí del mundo antiguo, 13 continentes y océanos, pavos reales voladores, elefantes dorados...todo realizado con oro, plata y piedras preciosas.
 
Bonito, pero me esperaba algo más. En cuanto a mis "zapatillas de plástico", hay que mejorar la puesta a punto ya que me vienen muy grandes y las he perdido por el camino. Espero a lo largo del viaje mejorar la táctica.
Salimos del templo y hacemos las últimas fotos.
 
Cogemos otro tuc tuc hacia nuestra homestay para recoger las maletas y poner rumbo hacia Chittorgarth.
El día no es que sea malo, es pésimo. El cielo está muy gris y va lloviendo a ratos. Vemos bastantes accidentes por la carretera y ahora se desmonta la teoría de quien me decía: conducen como locos pero no hay accidentes. Bueno majete, esto es que has hecho poca carretera!.
 
También nos ralentiza los animales que vamos encontrando, el pésimo estado del asfalto y la gran cantidad de camiones y autobuses.
 

Llegamos a Chittorgarh mucho más tarde de lo previsto. Chittogarh es el complejo fortificado más grande de la India. Se alza a más de 150 m de altura y ocupa un área de 2,8 km cuadrados. Lloviendo a raudales entramos por una de las siete puertas que tiene el complejo.

El fuerte-ciudad sufrió ataques por tropas mogolas en diferentes ocasiones. Sus muros encierran una historia plagada de valentía, pasión y tragedia.
En 1303 se produjo el primer ataque. El sultán de Delhi obsesionado por la belleza de la reina Padmini, asalto la ciudad. La reina, seguida de todas las mujeres, antes que ser deshonradas, optaron por el sacrificio suicidándose en un jauhar , inmolándose en una enorme pira de fuego. Los hombres de Chittor, con sus mujeres muertas, se lanzaron contra los invasores aún a sabiendas que no podían ganar.
En 1535 la ciudad vuelve a ser invadida y muchos miles de hombres pierden la vida en el campo de batalla mientras que sus mujeres lo hacen en un jauhar.
Hubo una tercera invasión en 1568 más muertes y otra jauhar. Tras esta invasión la ciudad quedó a manos mogolas y Chittor pierde la importancia política que tenía.
Es una lástima que llueva tanto ya que el complejo es muy grande y hay mucho que ver. Palacios y templos se esparcen dentro de las murallas.
 
 
 
Estamos de suerte, la lluvia cesa, podemos ver un rato el sol y los templos aparecen espectaculares.
 

 

 
 
Acabamos la visita viendo la Torre de la Victoria.

Todo el complejo se puede recorrer en coche y esto ha sido una suerte ya que en  los primeros templos, la lluvia ha sido intensa y, aunque no hemos podido salir del coche, por lo menos los hemos visto por fuera.
Chittogarh nos ha gustado mucho, por la historia que encierra y por sus edificios: palacios y templos espectaculares.
Seguimos nuestro camino hacia Udaipur.

Llegamos al hotel  Mahendra Prakash, casi, casi anocheciendo y otra vez con lluvia.
 
Nos dan una habitación en el segundo piso. La habitación es amplia, la televisión muy pequeña. Tiene aire acondicionado y ventilador de techo. Aparato eléctrico de mosquitos y el wifi funciona correctamente. Los muebles tienen bastante polvo.

Cuando veo lo altas que son las escaleras pienso en lo mal que lo va ha pasar mir rodilla y en el pobre Cesc subiendo con las maletas. Nos quedamos a cenar en el mismo hotel: una especie de pincho de pollo y unos tallarines con ajo. La cena muy justita.
Deseamos volver a la habitación y descansar pero, cuando abro la cama, vemos unos manchurrones enormes en las sábanas.

Me enfado bastante. ¿Como es posible que puedan hacer una cama, supuestamente limpia, con estas manchas? Llamo a recepción para que cambien las sábanas. Al cabo de un rato viene un chico con otras sábanas, quita las sucias y pone las "limpias".  La verdad es que las manchas no son tan grandes pero la sábana no se ve limpia. 
Si, ya se, quizás no es para tanto, pero hay cosas que no paso y, dormir en sábanas manchadas, es una de ellas. Opto por sacar mi saco-sábana, mi almohada, y cremallera hasta arriba. Cesc no tiene tantas manías y, a los cinco minutos, ya está en brazos de morfeo.


MIERCOLES 13-7-2016


Toda la noche ha estado lloviendo mucho y aún sigue lloviendo. Vaya ánimos levantarse así.!
Vamos a desayunar. No se si somos los únicos huéspedes pero para desayunar no hay prácticamente nada. Hoy no tomamos ni café con leche ya que todo está bastante sucio y, al ver como el camarero cogía las galletas con las manos y con unas uñas negras como el tizón para ponerlas, eso sí, en plan pirámide en una bandeja, optamos por un trozo de pan y mantequilla y andando que es gerundio.!.
Regresamos a la habitación para recoger las maletas y hacemos las últimas fotos del hotel. Es un hotel bonito pero a mi no me ha gustado porque la limpieza brilla por su ausencia.
 
Al ir a pagar con tarjeta, curiosamente, hoy tienen la máquina estropeada. Pues sacando cash rápidamente y nos vamos.
Ponemos rumbo hacia el Palacio de la Ciudad
Udaipur se encuentra situada junto al lago Pichola y se dice que es una ciudad muy romántica. La verdad es que yo, no le veo el romanticismo por ningún lado pero, si lo dicen....
El marajá Udai Singh II fundó la ciudad en 1568 tras el saqueo final de Chittorgarh, la ciudad que estuvimos ayer.
Para llegar hasta el Palacio bordeamos el lago. El lago fue agrandado por el marajá Udai Singh y mide 4 km de largo por 3 de ancho; es poco profundo y, cuando hay sequías severas, se evapora casi en su totalidad.
En el lago hay una isla llamada Jag Niwas donde se encuentra el Palacio del Lago, antigua residencia de verano transformado en un hotel de lujo en la actualidad.

El día es feísimo, va lloviendo y el cielo esta muy nublado.
Dejamos el coche en el parquing y subimos a pie hasta el Palacio de la Ciudad.
 
Este espectacular palacio es el mayor de Rajastán. Tiene una fachada de 244 metros de largo y una altura de 30,4 metros. Fue construido en 1599 por el marajá Udai Singh II, fundador de la ciudad y aunque tiene muchos añadidos ya que fue ampliado por los sucesivos marajás, conserva un orden y elegancia espectacular.
 
El enorme palacio está repleto de salas, patios, terrazas, pasadizos...profusamente ornamentados.
  
 
 
 

Desde las terrazas superiores hay unas bonitas vistas de Udaipur y del lago Pichola.
 
Los interiores son grandes y suntuosos. Se pueden ver muebles y otros objetos pertenecientes al marajá, como su silla de ruedas o su lavabo.
  
 
El patio del Pavo Real, ave emblemática del Rajastán, es espectacular.
 
El palacio tiene una colección de pintura.
 
Y también una buena colección de palanquines, el transporte usado por los marajás y realeza.
 
Nos ha gustado mucho el palacio. La visita ha sido realmente interesante. Vamos a buscar el coche y aún continúa lloviendo mucho. Nuestra siguiente parada será Ranakpur.
La carretera es un desastre, estrecha con un asfalto muy deficiente y con baches y socavones. No faltan multitud de camiones y autobuses además de animales. Todo enlentece la circulación y es imposible llegar a una velocidad óptima.
 
Por si fuera poco, las lluvias han producido desprendimientos y árboles caídos.
 
Hay que ir con un cuidado enorme. Llegamos a Ranakpur, como no, lloviendo.
Ranakpur es uno de los complejos de templos jainíes más grandes e importantes de la India. Dejamos el coche en el parquing y pagamos la entrada, 500 INR (dos personas y cámara de fotos).

No se puede entrar con pantalones cortos, tampoco con comida ni con prendas fabricadas en piel. Esto es así porque la religión jainista considera a todos los seres vivos por igual, independientemente de ser humano o animal, grande o microscópico. Todos tienen alma, sencilla o compleja y por este motivo practican la no violencia y, como consecuencia, son vegetarianos ya que no pueden hacer daño a ningún animal.
En el complejo hay varios templos preciosos con unas tallas increíbles.
  
El templo principal, llamado Chaumukha Mandir o templo de las Cuatro Caras es simplemente espectacular.  Data del siglo XV y fue construido enteramente de mármol blanco. Esta situado en un entorno precioso y esto hace aumentar su belleza.
 
 
Este templo está formado por 29 salones, 80 cúpulas y 1444 columnas todas talladas con una delicadeza excepcional.
 
 
 
 
Los templos de Ranakpur son una pasada y de visita obligada de camino hacia Udaipur o Jodhpur. Nos ha gustado muchísimo a pesar del mal tiempo, la lluvia, el paraguas y de llevar los calcetines mojados desde el primer templo hasta el último.
Continuamos nuestro camino hacia Jodhpur teniendo mucho cuidado con la carretera. ya que las sorpresas se presentan a cada instante.
   
Estamos de suerte, no se nos ha quedado las ruedas dentro de los múltiples socavones llenos de agua.

En cuanto empieza a bajar la luz del día tenemos que estar en el hotel ya que conducir de noche es muy peligroso. Llegamos al hotel Ratan Vilas de Jodhpur sanos y salvos. 
El hotel es muy bonito y, como no está lleno, ni mucho menos, nos dan un upgrade. La habitación es enorme y muy bonita. Nos sentimos como marajás.
 
El baño es también enorme; tiene una bañera que parece una pequeña piscina. Genial.!!
 
Después de una buena ducha, nos vamos a cenar. No hay demasiados platos occidentales pero, no falta la pasta, spaguettis, macarrones y un par de cervezas. Cena de marajás.!!

JUEVES 14-7-2016


Realmente hemos dormido como marajás. Por suerte, hoy nos levantamos con un bonito sol y esto alegra la mañana. 
Nos vamos a desayunar. El bufet está bastante bien y los camareros son muy simpáticos.
 
Antes de dejar el hotel hacemos las últimas fotos. 


 
Al llegar al coche tenemos la sorpresa que lo han lavado. Todo un detalle. Ponemos rumbo hacia Jodhpur. La ciudad se encuentra en una importante ruta comercial entre Delhi y Gujarat. Gracias al sándalo, opio, dátiles y cobre creció rápidamente.
Queremos llegar hasta el fuerte, Mehrangarh. Ponemos las coordenadas en el GPS para llegar rápido. Pero, todo lo contrario. Sin darnos cuenta estamos metidos dentro del casco antiguo de la ciudad, un conglomerado de casas apiñadas de color azul entre calles estrechísimas, tortuosas y llenas de gente. 
Nos hemos dado cuenta que no hay ningún coche y no me extraña, circular por aquí es casi imposible. Está muy claro que el navegador va perdido. Cada metro que avanzamos la calle se estrecha más y nuestra única opción es avanzar ya que dar la vuelta es imposible. Vamos preguntando a la gente cómo salir de ésta maraña de calles y, después de varias vueltas, vemos que la calle vuelve otra vez a ensancharse un poco. Al fondo, ya podemos ver coches, señal que llegamos a una calle más o menos importante. Respiramos tranquilos cuando nos incorporamos a la multitud de coches y volvemos a oir los pitidos estritentes de las bocinas de los coches.
El navegador se ha resituado y ahora si nos conduce por el camino adecuado. Antes de ver el fuerte hacemos una parada en Jaswant Thada, un cenotáfio de 1899 construido por Sardar Singh en memoria de su padre  el marajá Jaswant Singh II. Este marajá está considerado el mejor gobernante de Jodhpur y aún hoy es recordado y venerado por el pueblo que le ofrece plegarias y flores ante su imagen en el santuario.
   
El cenotafio tiene bonitas celosías de mármol y, en su interior, exhibe fotografías e imágenes de gobernantes.
 
Desde este punto hay una buena vista del fuerte.

Subimos colina arriba hasta llegar a Mehrabgarh, el fuerte. Dejamos el coche en el párquing de pago.
 
Llegamos a la taquilla y vemos que hay que pagar por todo: billete de entrada, audioguía, pase de fotografía, pase de video y billete para el ascensor, si que quiere llegar descansado hasta arriba. No se puede entrar con trípode ni palo selfie.
 
Cogemos el ticket de foto y la audioguía y subimos a pie. Hace mucha calor.

El fuerte es una de las fortalezas más impresionantes de la India. Situado en lo alto de una colina, se eleva 120 m sobre la ciudad de Jodhpur. Las almenas miden entre 6 y 36 metros de altura. La audioguía nos va dando la explicación e historia del fuerte.
Al atravesar la Loha Pol vemos las marcas de la sati (inmolación) de las viudas reales que se lanzaron a las piras funerarias de los marajás.
  
Al entrar en el fuerte, los patios que vamos encontrando nos dejan con la boca abierta.
 
Las galerías que rodean el Patio de las Coronaciones hay una colección muy importante de palanquines reales.
  
Las ventanas están tapizadas de maravillosas celosías desde donde las que las mujeres podían mirar, sin ser vistas.
 
En una de las galerías hay una curiosa colección de cunas de los pequeños príncipes.
 
Gracias a la audioguía vamos recorriendo las diferentes salas.
 

Desde los patios superiores hay unas vistas impresionantes de la ciudad azul. Según la tradición, el azul indicaba que la casa pertenecía a un brahmán, aunque quienes no pertenecían a esta casta pronto se apuntaron a esta costumbre.
 
Un poco cansados por el calor que hace y la grandeza del fuerte, vamos acabando la visita.
  
Nos ha gustado mucho, es una de las visitas imprescindibles de Jodhpur.
Volvemos al parquing para recoger el coche. Cesc parece que se haya pegado una ducha. LLeva la camisa empapada.

Ponemos rumbo hacia Jaisalmer pero al llegar a Jodhpur el gps se vuelve a perder. No hay indicaciones y estamos otra vez en la ciudad sin saber por donde tirar. 
Cuando se resitua nos hace entrar, otra vez, en la ciudad antigua. Como no lo vemos nada claro empezamos a preguntar a la gente. Unos no tienen ni idea, otros te dan tanta explicación que al final, el que no tiene ni idea somos nosotros.
Optamos por preguntar a un conductor de tuc-tuc. Nos dice que es un poco complicado salir de la ciudad pero que el nos puede indicar con el tuc tuc si lo seguimos. Le preguntamos el precio y nos dice que 100 rupias. Pensamos que es la mejor solución para salir de esta complicada ciudad.
Le decimos que adelante, que vaya despacio y nosotros le seguimos.

El personaje pone en marcha el tuc tuc y, como ya pensábamos, pisando fuerte el acelerador. Nosotros no podemos seguirlo tan deprisa ya que, con los coches, gente y vacas, es imposible ir deprisa sin tener algún percance. Cuando casi lo perdemos, vemos que se para y nos espera, menos mal. 

Después de vueltas y vueltas por fín para el tuc-tuc y nos dice que sigamos la carretera y ya encontraremos indicaciones hacia Jaisalmer. Le damos las gracias y las 100 rupias. Se queda mirándonos y nos dice que no, que son 300 rupias. Habíamos hecho 3 km y eran 100 rupias por km. Esto no era lo acordado pero no queremos discutir, solo queremos salir de la ciudad. Le decimos que tiene mucha jeta, le damos las 300 rupias y nos vamos.

Volvemos a poner las coordenadas al GPS. Parece que esta vez si que tiene claro el camino. Pasamos por pueblos que están hechos un desastre: los montones de basura se mezclan con el barro. Los vendedores de los pequeños tenderetes de frutas, impasibles, ven pasar el día junto a las vacas recostadas a su lado. 
Las entradas a los pueblos nos enlentece mucho. Hay que parar constantemente. Hay que tener mil ojos puestos en la carretera ya que todo el mundo campa a su aire. No hay normas.
  
Las carreteras que vamos encontrando son malas.

Otras, muy malas. Hay muchísimas carreteras en obras. Cuando vemos el cartel de "diversión" ya temblamos. Kilómetros y kilómetros de carretera, la mayoría de las veces sin asfaltar y en el que solo se puede circular en un solo carril. Los que vamos y los que vienen por el mismo carril y que se aparte el más pequeño o el que tenga más aprecio a la vida que, en todos los casos, siempre somos nosotros.
 
A pesar de ser una región muy árida, todo es arena y secarral, nos cae una lluvia que casi no vemos nada. Nos parece increíble que, en un lugar tan desértico, pueda caer una lluvia tan intensa.

Si al mal estado de las carreteras le sumamos la lluvia y el que, el limpia-parabrisas, no limpia nada, de nada, tenemos una combinación explosiva. Por suerte, después de la tormenta viene la calma. Jaisalmer ya no nos queda tan lejos, aunque estos 25 km, en este país, puede representar mucho, mucho tiempo.

Llegamos a Jaisalmer aún con luz de día. La entrada a la ciudad es espectacular: montones de basura por todos los lados. Ni aún en las ciudades más importantes hay un mínimo de infraestructura para tener la ciudad, más o menos limpia.

Encontramos nuestro hotel  1st gate home fusión sin problemas.

Aunque el hotel ponía que hay parquing, en realidad se aparca en donde se puede  delante del hotel.
Es un hotel moderno con toques autóctonos. La habitación está muy bien. Tiene un TV de pantalla plana muy grande, saloncito, minibar con refrescos y agua gratis, fruta (también gratis).
 
El lavabo también es espectacular, con batines, zapatillas (de rizo y nuevas) y dos duchas.
 
Hemos quedado sorprendidos de lo bonito que es. Descansamos un poco en la habitación y luego salimos para ver si podemos informarnos de los horarios del fuerte que visitaremos mañana.
Cenamos en el hotel. No hay demasiada variedad de platos, pero no falta la socorrida pasta.

Nos retiramos pronto para preparar el día de mañana.

VIERNES 15-7-2016

Hemos dormido bien, la cama es cómoda. El relax nocturno nos va muy bién para afrontar el estrés diurno. 


El desayuno es a la carta, pide lo que quieras que te lo hacen inmediatamente. Nosotros somos tan poco complicados en este aspecto que los camareros quedan incluso sorprendidos, sólo tostadas, mermelada y mantequilla, como siempre....ah!...no nos olvidemos del café con leche.
Por suerte, el hotel está a los pies del fuerte y su visión, con la luz del sol, es espectacular. Sus 99 bastiones, construidos en arenisca de tonos dorados y miel, rodean la fortaleza aún habitada.
 
Dentro de la ciudadela hay una pequeña ciudad con tiendas, casas, templos, restaurantes, hoteles  y el palacio. En el interior de sus murallas conviven más de 300.000 habitantes.
 
 
Entramos en el palacio con la audioguía. El palacio tiene siete pisos y se pueden visitar casi todos los rincones. Las estancias se comunican a través de pequeñas puertas.
 

 
Desde la azotea hay una vista muy bonita de la ciudad de Jaisalmer.
  
Son muy interesantes las exposiciones de pinturas y la galería en donde se encuentran unas bonitas esculturas del s. XV regañadas a los soberanos por los constructores de los templos del fuerte.
 
La visita al palacio ha sido realmente interesante, aunque algunas de sus partes necesiten urgentemente una remodelación. De hecho, toda la ciudadela está bastante deteriorada y con graves problemas de conservación ya que, el uso indiscriminado de agua provocado por el exceso de turismo hace que la estructura de la ciudadela, sus cimientos, no estén demasiado bién y cada cierto tiempo se abren brechas en sus murallas.
Dentro de la ciudadela se encuentran siete maravillosos templos jainíes de arenisca amarilla de los siglos XV-XVI. Hay que comprar la entrada en uno de los templos. Sólo están abiertos hasta el mediodía y no se puede entrar ni con zapatos ni con objetos de cuero. La religión jainí es muy estricta en este sentido. Todos los seres vivos, por más pequeños que sean, tienen derecho a la vida y muchos de sus adeptos van con la boca tapada, por no aspirar ningún animalito o barren el suelo por no pisarlos.
Sus filigraneras tallas están a la altura de las de los templos de mármol de Ranakpur y aunque a nosotros nos gustaron más los templos de Ranakpur, los de Jaisalmer son también espectaculares.
   
 
Preciosos todos los templos jainíes, sus tallas son impresionantes.
Salimos de la ciudadela hacia el hotel para buscar el coche.

El hotel nos ha preparado un catering para el viaje: unos bocadillos y unas botellas de agua, todo un detalle.

Dejamos Jaisalmer y nos volvemos a adentrar en las carreteras del país, rumbo a Bikaner. Entre "diversión" y "diversión", nos topamos con camiones cargados a tope, autobuses que sacan el acelerador por delante y una especie de tractores con unas bañeras enormes que, a saber que es lo que llevan. Todo amenizado con un paisaje desértico y polvo que se te cuela por todo el coche.
    
Entre vacas, camellos, camiones y tractores vamos avanzando hacia Bikaner.
 
Unos 20 km antes de llegar al hotel, el cielo se pone, literalmente, negro. Se nos ha hecho de noche en un momento. El corazón se acelera cuando vemos que se levanta una tormenta de arena impresionante, no se ve nada. Le digo a Cesc que pare el coche pero él insiste en que es mejor ir avanzando, poco a poco, que parar el coche. 
Después de momentos de mucha tensión y tener los ojos pegados al parabrisas, el viento empieza a ceder y la arena queda amontonada en la carretera. Pensamos que el peligro ya ha pasado pero no es así, el cielo continúa muy negro y, a la tormenta de arena, le sucede otra de lluvia con rayos y truenos, madre mía....Cesc conduce despacio y yo estoy muerta de miedo. Los precarios cables de alta tensión explotan a nuestro paso creando una sensación de fuegos artificiales aunque sin control.

Entramos en la ciudad de Bikaner con una lluvia que se puede cortar con un cuchillo. Para más inri, el gps nos dice que tenemos que girar 90º en una carretera en la que miles de coches vienen frente a nosotros. Pues si el gps dice esto...ésto es lo que vamos a hacer. Bajo la ventanilla y saco mi mano para pedir paso, tenemos los coches frente a nosotros, la lluvia va entrando dentro, los pitidos de los coches no paran pero, por fín, estamos en la calle correcta y hemos podido salir de la infernal carretera sin  ningún rasguño. Hoy si que tenemos el ángel de la guarda a nuestro lado.
Con una lluvia torrencial y en una tensión máxima llegamos, por fín, al hotel.
Queríamos darnos un homenaje y sentirnos como reyes en el  Laxmi Niwas Palace. Cesc me deja en la entrada y el aparca el coche a unos 10 metros de la puerta principal. Cuando llega, está empapado.

Hacemos el check in. Uno de los recepcionistas que nos atiende, hace gala de una escasa educación al no dirigirme ni la palabra ni la mirada, aunque soy yo la que le da los datos para registrarnos. 
De malas maneras nos acompaña a nuestra habitación. El hotel es un palacio enorme, en estos momentos, medio inundado. A través de pasadizos y recovecos, llegamos a la habitación. Creo que en esta planta no hay nadie, todo parece vacío.  El recepcionista nos enseña la habitación y, sin darme cuenta, me arranca la mochila de mi hombro y la deja en en unos butacones. Vaya personaje más maleducado.
La habitación es enorme, demasiado. Los muebles son viejos, no hay ventanas y unos pesados cortinajes huelen a rayos. Hay dos aparatos de aire acondicionado gigantescos que hacen un ruido infernal. El baño es viejísimo. La limpieza no es ni mucho menos espectacular y no hay wifi en la habitación.En fin, ahora ya se porque el precio era tan bueno. Pensaba que recordaría el hotel por haber pasado una estancia fantástica pero, de momento, no hay nada que me guste.
Continua el temporal de lluvia y relámpagos. La luz se ha ido un par de veces. Madre mía, si parece el hotel de los horrores.
Intentamos encontrar el camino para llegar al restaurante....y lo conseguimos. Hay un par de mesas ocupadas, bueno, solos, solos, no estamos. El mantel tiene unos manchurrones que no se como tapar. La carta es escasa pero hay pasta, pues cenaremos pasta, ya estamos acostumbrados. Mientras esperamos la cena intentamos conectar el wifi, vaya, tampoco hay wifi en el restaurante. Nada, pues paciencia.
Hemos cenado bastante mal pero a precio de rey. Estamos muy decepcionados. Para contactar con la familia tenemos que ir a recepción, sólo aquí encontramos wifi. Después volvemos a la habitación por un camino diferente.
  
Hay poca luz y casi que lo prefiero, así nos entrará el sueño más rápido.



SABADO 16-7-2016


A pesar de estar en una habitación tétrica y en un ala del palacio prácticamente sin huéspedes, hemos dormido bien. Buscamos el restaurante, a ver si lo encontramos.
 
El desayuno es a la carta pero nosotros con las tostadas y un poco de fruta ya tenemos suficiente.
 
Después hacemos unas fotos del palacio-hotel. Aún están recogiendo agua del diluvio que cayó anoche.
  

Al salir nos entregan un cuestionario de satisfacción, bueno se lo entregan a Cesc porque en este hotel, las mujeres ni cortan ni pinchan. El me lo pasa a mi y lo relleno. No me ha gustado nada pero, lo peor ha sido el trato y así lo hago constar delante de los recepcionistas. No hace falta decir que si las miradas fueran rayos ya estaría fulminada, pero me da igual.
El edificio es bonito, no lo negaré, pero yo no volvería a este hotel.
 
Nos entregan el coche delante de la puerta.


Dejamos el hotel y, mientras hacemos las últimas miradas a los jardines, no dejamos de pensar en que nos tocará lidiar hoy en la carretera.
 

Bikaner fue fundada en 1488 y a partir del s.XVI se desarrolló rápidamente como escala de las grandes rutas comerciales de caravanas, prosperando gracias a las buenas relaciones con los mongoles. 

Cuando en el s.XVIII cayeron en declive los mongoles también lo hizo Bikaner. Como curiosidad, en 1886 se convirtió en el primer  principado del desierto al que llegó la electricidad. El lugar principal de la ciudad lo ocupa el fuerte o Junargarh, situado en el centro de la ciudad. Aparcamos el coche en una calle un poco desierta y estrecha y caminamos hacia el fuerte. A los pocos pasos, Cesc me dice que vuelve al coche para aparcarlo en otro sitio ya que la zona no le hace mucha gracia. Vemos que el fuerte tiene parquing en su interior, pues allá vamos. Aún está cerrado ya que el horario de apertura es a las 10:00. Mientras esperamos, damos una pequeña vuelta por los alrededores. Como en otras ocasiones, nos sentimos observados a cada momento. Algún valiente nos pide una foto y enseguida nos vemos en medio de una multitud de gente todos pidiendo una foto. Nos sentimos como estrellas de cine.
El fuerte fue construido entre 1588-1593 y presenta grandes torres y almenas.
 
Una vez atravesada la primera puerta, hay que atravesar otras tres antes de llegar a la taquilla.
 

La entrada son 300 Rs y, si se quiere hacer video otras 150 Rs. También hay un audio tour que está en ingles, francés y alemán.

Dentro del fuerte hay una sucesión de palacios, templos y pabellones y patios.
 
Los interiores están bellamente decorados y pintados en el estilo tradicional.
 
   

El fuerte es muy grande y para visitarlo todo se necesita bastante tiempo. Como siempre, al menos en nuestro caso, se empieza poco a poco y cuando nos damos cuenta del reloj, tenemos que acelerar el paso.  Una visita muy recomendable.

Volvemos al coche y ponemos rumbo hacia la ciudad para ver unos templos jainies. El GPS nos hace entrar en la ciudad vieja, un entramado de callejones que, a medida que vamos entrando, se van haciendo cada vez más y más estrechos. Nos llama la atención que no hay ningún coche y si, muchas motocicletas y autorickhaws, pero no hemos visto ninguna prohibición aunque, pensándolo bién, las señales de circulación brillan por su ausencia.

Llega un momento en que no podemos ir más adelante porque el coche, aunque es muy pequeño, no cabe en las estrechas calles. Armamos un pollo de campeonato porque no podemos avanzar. El tapón es de los que hace historia. Muchos pitidos, mucho barullo pero, por suerte, nadie está enfadado.

Preguntamos por los templos y nos dicen que aún falta. ¿Y ahora que hacemos? Sólo hay una solución: dar la vuelta. Respiramos hondo, más, el pobre Cesc. Por si no tuviéramos más problemas, por los laterales de la calle baja un canal a modo de alcantarilla pero abierta y en la que cabe la rueda del coche.
Bajo del coche y le voy indicando para que no se meta dentro del agujero. Milímetro a milímetro y con un millón de maniobras, consigue poner el coche en dirección contraria. Es que este hombre es un crack.!
Evidentemente pasamos de los templos jainíes, volvemos por donde hemos venido y salimos de la ciudad vieja. Que descanso.!
La ciudad "nueva" no es que sea mejor, quedamos atascados en unos metros.
  

El tren pasa por el centro de la ciudad y hay las barreras bajadas. En cuanto abren, coches, motos, rickhaws, autorickhaws, carros, peatones, vacas, camellos y nosotros , sólo separados por un papel de fumar, vamos avanzando para solventar el "embudo" que representan las barreras del tren. Adelanta siempre el que tiene mas valentia y nosotros no nos quedamos atrás.
 

Salir de Bikaner ha sido complicado, muy complicado. Cuando nos vemos en la carretera hacemos un suspiro de tranquilidad... pero claro, dura poco. El día vuelve a ponerse muy gris con lo que esperamos lluvia y los pueblos que encontramos de Bikaner a Fathepur están, literalmente, inundados.
 

La carretera tiene algunos tramos de peaje y al ser de pago tendría que estar bastante mejor pero no es nada del otro mundo, ni mucho menos.
 

No puede faltar el accidente del día aunque no nos extraña nada. Cargan los tractores de tal manera que el gran peso que colocan los hacen inestables....

....y acaban volcando.
 

Atravesar los pueblos con agua hasta casi las puertas del coche, es realmente una odisea y Fatehpur es una de ellas. Para atravesar las calles esperamos que pase algún coche y estudiamos la situación, sólo de pensar en que podemos quedarnos encallados dentro de un socavón se nos acelera el corazón.


Las calles están totalmente anegadas de agua y, las que se salvan es difícil circular por el mal estado en que se encuentran.
 

Fatehpur fué fundada en 1451. Tiene muchas havelis, aunque están en un estado lamentable. Las havelis son las viviendas típicas del Rajastán, ya sean viviendas modestas o de ricos comerciantes. Su arquitectura está adaptada al clima aprovechando las corrientes de aire y una menor exposición al sol que, en esta zona es extremo. Las havelis suelen tener varios pisos, balcones, celosías, uno o varios patios y, sus muros están decorados con pinturas de escenas religiosas, costumbristas o florales.
  

Entre la lluvia, el caos y el agua sólo tomo alguna foto desde el coche, Realmente no es una ciudad bonita para nosotros aunque siempre encuentras algo o alguien que te hace recordar el sitio por donde pasas, como la mirada dulce de esta encantadora niña.


Seguimos en dirección hacia Mandawa, nuestro punto  final del día. La cuestión es que no sabemos si llegaremos ya que la carretera hacia allí es de lo peor y durante muchos quilometros no pasamos de los 10-20 km/hora, desesperante.!!


Muchísimo más tarde de lo que teníamos previsto, llegamos a Mandawa, lloviendo, por supuesto.!
Nuestro hotel el Radhika Haveli está situado en el centro de la "ciudad". Nos están esperando. El supuesto parquing es en la calle, como en otras ocasiones. El hotel es una haveli  de nueva construcción, muy bonita. Las pinturas son espectaculares.
 

El encargado, muy amablemente,  nos enseña la habitación y nos da todo tipo de explicaciones para ver Mandawa. La puerta, un poco bajita, tiene un candado para abrir y cerrar. Esta manera de cerramiento ya la hemos visto en otros establecimientos. No es demasiado práctico ya que no te dá la rapidez de la llave, pero es curioso.

La habitación tiene aire acondicionado y ventilador de techo,


El baño tiene solo una toalla, la ducha se compone sólo de una alcachofa y pies en el suelo y veo que no hay papel de water, suerte que llevamos uno en el coche.

No hay ningún otro huésped en la haveli.
  

Con el paraguas a cuestas vamos a explorar la ciudad. Algunas calles están llenas de barro y hay que estar alerta para no resbalar.
Mandawa fue fundada a mediados del s. XVIII teniendo una posición estratégica en las antiguas rutas de caravanas que se dirigían hacia el este. Los comerciantes hacían alto en este punto y muchos se establecieron aquí. Se construyeron casas y palacios bellamente decorados con pinturas de temas religiosos o costumbristas. Con el tiempo estos temas fueron cambiando y, los más modernos, reflejan la influencia británica en la India. Los elefantes dejan paso a los automóviles, trenes y personajes ricamente ataviados.
No cabe la menor duda que, en su tiempo, estas casas palacio fueron una maravilla pero, en la actualidad, están hechas una ruina. La mayoría se caen a trocitos y las pinturas están muy, muy deterioradas.
 
Es una verdadera pena ver estas maravillas en este estado de deterioro.
  

Para proteger la ciudad construyeron un fuerte. En su tiempo debió ser espectacular pero, ahora luce muy desmejorado, como todos los edificios de la ciudad.
 

La nota alegre del día nos la ofrecen unos niños que no paran de perseguirnos hasta conseguir una ansiada  y divertida foto.


Regresamos al hotel y miramos donde podemos ir a cenar. No hay mucho donde elegir ya que al no ser temporada alta, muchos restaurantes y hoteles están cerrados. Nos decantamos por un restaurante llamado Monika. Se encuentra situado en el segundo piso de una haveli. La entrada es peculiar ya que se pasa por las viviendas, la mayoría de ellas con la puerta abierta. El olor a pies de la gente que dormita, unido a la alta humedad, no incita precisamente a una buena cena pero, algo hay que comer.
Pedimos unas tortillas con tostada (210 rupias cada plato) y cerveza, como no (300 rupias cada cerveza grande).
Después de la cena, nos retiramos a dormir ya que mañana tenemos un buen trecho y visto que nos es imposible cumplir con los horarios debido al mal estado de las carreteras, hay que madrugar mucho.

DOMINGO 17-7-2016


Vaya noche de perros, nunca mejor dicho. Los perros callejeros no han dejado de ladrar en toda la noche. La lluvia también ha sido importante. Entre una cosa y la otra, poco he dormido. El despertador ha sonado a las 5:00 de la madrugada, si, si...parece una broma pero no lo es. Hoy tenemos casi 480 km hasta Amritsar y hay que madrugar.

El desayuno lo tenemos a punto, fuera de la habitación. Aunque ayer dijimos que solo queríamos tostadas, nos han preparado un buen desayuno: cereales, tostadas, tortitas, fruta, zumos, café...
Empieza ha amanecer y continua lloviendo, vaya tela.!
Dejamos la haveli y nos despedimos de nuestro amable anfitrión que nos agasaja con dos muñecos típicos de la zona: el marajá y su real esposa, todo un detalle.
Antes de salir de Mandawa ya empiezan los problemas. Agua por todos los lados. Hay tanta agua que incluso se forman pequeñas olas.
 

Hoy es día de carretera hasta Amritsar, esperemos que la lluvia nos de un poco de tregua. Por el momento, las carreteras por las que pasamos, no han mejorado respecto ayer. Las entradas a los pueblos y ciudades es caótica. Hay que ir vadeando como se puede los enormes socavones.
  
Ojo al que viene.!!! que es de los que vuelcan.!!!


Para "arreglar" los enormes agujeros, la excavadora va echando tierra pero claro, esto no dura ni cinco minutos.
 
Lo mejor es apañarse  como uno pueda.
 
Hay algunos que se encuentran en su salsa y, si no, que se lo digan a estos búfalos.
 

A pesar del agua, la gente continua con su rutina habitual al igual que nosotros vamos haciendo quilómetros a paso de tortuga.
  
 
 
No puede faltar el accidente del día. Dos camiones empotrados uno detrás del otro.
 

Empieza a oscurecer y nos faltan muchos quilómetros para llegar a Amritsar donde tenemos reservadas dos noches. Visto que nos es imposible llegar, por el gran peligro que supone conducir por la noche, y, estando en medio de la nada, optamos por llamar a casa para pedir que nos busquen un hotel o cualquier cosa que tenga una cama y que, además, quede cerca de la posición en la que nos encontramos. 
Por suerte, en el siguiente pueblo hay un hotel. Ya es de noche. Los coches van sin luz o directamente con las luces largas, con  lo cual, o no ves nada o quedas deslumbrado. Aparcamos el coche en un descampado y vamos a pie en busca del hotel.
El hotel lo encontramos enseguida pero, está completo. Preguntamos si hay otro sitio para poder dormir y, de muy mala gana, nos dicen que hay otro hotel casi a la vuelta de la esquina.
Nos ponemos en camino. Decir hotel, es decir mucho, pero ahora no podemos ser selectivos, ni mucho menos. El encargado nos dice que hay una habitación en el segundo piso. Cogemos las maletas del coche y empezamos a subir unas escaleras muy empinadas. En los rellanos puede encontrarse de todo. Parece que lo que no cabe en la habitación, cabe en el pasillo.

Nuestra habitación tiene un tufillo que alimenta. No hay ventana y sólo tiene una sabana bajera de muy dudosa limpieza.

El lavabo, obviamente, de un diseño a la última. Da incluso miedo que salga algún tipo de fauna por la taza del water por la cantidad de mugre que tiene.

Todo es un desastre pero era imposible continuar conduciendo. Hemos visto una especie de pizzería  y esto es lo que cenamos, un trocito de pizza.
 Luego volvemos al "hotel" esperando que pase rápido la noche. Cesc se mete dentro de su saco-sábana y yo, ni esto, me quedo sentada en la silla de camping, medio rota y así pasaré la noche, sentada.

LUNES 18-7-2016

La noche ha sido horrible, dormir sentada en una silla de camping medio rota, no es nada agradable. Por suerte Cesc ha dormido mejor que yo y, en definitiva, quien tiene que estar más descansado es él. Hoy pasamos de la ducha. Cualquiera se ducha  en este cuartucho lleno de mugre. Lo que queremos es irnos rápido. A las 7:00 de la mañana ya estamos en la carretera.
En seguida nos damos cuenta que hemos entrado en otro estado. Los turbantes de los hombres así lo demuestra, aunque el estado de las carreteras sigue siendo el mismo.

Hemos entrado en el Punjab.
 
La región del Punyab se creó en el año 1947 con la independencia de la India y su partición con el Pakistan, formandose dos estados: el Punyab pakistaní formado básicamente por musulmanes y el Punyab indio formado por sikhs e hinduistas. La zona es bastante conflictiva bien sea entre la India y el Pakistan o en el mismo territorio indio con el gobierno central.
Los sikhs tienen una singularidad propia en cuanto a  cultura e historia. Las demandas de más autonomía al gobierno central, generan conflictos y tensiones. La zona es denominada el "granero de la India" ya que es una región muy fértil en donde se cultiva trigo, arroz, caña de azúcar, frutas y verduras.
Sobre las 11:00 llegamos al hotel Golden Tulip de Amritsar. Por suerte, el hotel está muy bien. Lo primero que hacemos es darnos una buena ducha y descansar unas horitas.
  
Se nos ha hecho la hora de comer y, como el hotel está muy bien, nos quedamos en el restaurante.
 
Cesc ha pedido  fish and chips  y yo pollo con verduras y arroz.
 
Es temprano y tenemos que aprovechar la tarde.  Amritsar fué fundada en 1577. En esta ciudad, capital espiritual del sijismo y principal centro de peregrinación de los sijs, se encuentra el espectacular Templo Dorado.
Cogemos un tuk-tuk para llegar hasta allí y, como la mayoría de las veces, nos cuesta 100  INR.
 
Nos deja un poco lejos del templo ya que no está permitido llegar hasta allí. Entramos en un reciento sagrado y de manera muy amable nos dicen que hemos de cubrirnos la cabeza con un pañuelo. Saco mis pañuelos de la mochila y le pedimos al joven sij que ayude a Cesc a colocarse el pañuelo a modo de "turbante". Aunque me fijo bastante bién, le ha dado tantas vueltas al pañuelo que voy a ser incapaz de recordar todas las maniobras.
 
Antes de entrar en el templo hay que dejar zapatos y calcetines en unas taquillas gratuitas que hay en el exterior. No se puede entrar con botellas de alcohol o tabaco ya que te revisan la mochila. Hay que lavar los pies en unas pequeñas piscinas y, después de todo este proceso, ya se puede acceder al interior. La cola para entrar dentro del dentro es muy grande y se va entrando por grupos. Nos sentimos un poco extraños ya que no hay ningún turista pero, al mismo tiempo, tenemos una sensación de tranquilidad absoluta. Dentro del templo no es posible sacar fotos.
 
Hay muchísima gente para entrar al templo y, mientras vamos haciendo cola, vamos observando los coloridos turbantes y grandes barbas que llevan los hombres sijs.
Esta religión fue fundada por Gurú Nanak intenta  agrupar lo mejor del hinduismo y del islamismo y tiene como base la creencia en un único Dios,  la igualdad de todos sin importar sexo, religión, posición social o edad, valorar y respetar los ideales positivos como el amor, la humildad, la compasión o la verdad y desterrar el egoísmo, la lujuria, la codicia, o la ira, proteger a los débiles y trabajar para formar una sociedad mejor.
Los sijs practicantes deben seguir la regla de las cinco K

-Kesh: pelo largo sin cortar.
-Khanga: es un pequeño peine de madera para recogerse el pelo.
-Kara: un brazalete metálico.
-Kashera: ropa interior de algodón.
-Kirpan: una pequeña daga, símbolo del poder y libertad del espíritu. El kirpan nunca debe utilizarse para atacar pero si para la autodefensa o para ayudar a un tercero.

Hace mucho calor y hay mucha gente para entrar pero, vamos avanzando. Al final de la pasarela se encuentra el Templo Dorado.
 
El templo es una mezcla de estilos arquitectónicos hindúes e islámicos. El nivel inferior de mármol, está adornado con motivos florales y animales. El segundo nivel está revestido con paneles dorados  y, coronando el edificio, se alza la cúpula dorada hecha con 750 kg de oro.

En el interior del templo no se puede hacer fotografías. Es difícil ver todo lo que encierra ya que hay que seguir la enorme cola y, con la tanto gentío, calor y olor, lo que deseamos es salir.
El edificio fue muy dañado por el ataque del ejército indio durante la operación Blue Star en 1984 y, aunque fue reparado por el Gobierno, los sijs lo volvieron a reconstruir completamente. Los sijs han sufrido diversas persecuciones a manos de mongoles, británicos e indios.
El templo está rodeado de una laguna de la que se dice que tiene poderes curativos y, peregrinos de todo el mundo, acuden a bañarse a sus aguas sagradas.

Guardianes sijs velan por el orden dentro del recinto.

En el exterior se respira una tranquilidad absoluta. En el extremo sureste de la laguna está la Ramgarhía Bunga, una fortaleza coronada por dos minaretes de estilo islámico. En su interior hay una losa de piedra que antaño se usaba para la coronación de gobernantes mongoles.

No hay ningún problema en sentarte alrededor del lago pero los pies no pueden tocar el agua.

Una de las características de los sijs es su hospitalidad y aquí se pone de manifiesto en el enorme comedor donde a diario acuden a comer unos 60.000-80.000 peregrinos. No hay que pagar la comida pero, un donativo o una ayuda, siempre es bien recibida.
Recorremos todo el complejo paseando con tranquilidad.
  
El Templo Dorado nos ha gustado mucho, es realmente espectacular. Salimos del recinto y volvemos a la realidad del país. La suciedad y el desorden de las calles de Amritsar no es diferente al resto de las calles de las otras ciudades que hemos visto de la India.
 
Llegamos hasta Jallianwala Bagh. Este parque está dedicado a los más de 1500 hinduistas, musulmanes y sijs que murieron o resultaron heridos  en 1919 cuando, un oficial británico ordenó a sus soldados que dispararan contra los hombres. mujeres y niños que se encontraban en el parque celebrando el final del festival del año Nuevo y desobedeciendo  un decreto que prohibía la concentración de más de 5 personas en un mismo lugar para evitar presuntas actividades subversivas.

Todavía se pueden ver algunos agujeros de bala en las paredes, así como el pozo en el que se lanzaron desesperadamente cientos de personas, intentando escapar de las balas.
  
Como recordatorio hay una llama eterna además de una exposición que cuenta la historia de las víctimas.
Esta masacre fue el preludio de la no cooperación de la India con el Reino Unido que encabezó Mahatma Gandhi entre los años 1920 y 1922.
Cogemos un tuc-tuc para llegar al Templo de Sri Durgiana. Este templo del s. XVI está dedicado a la diosa Durga. Es una especie de versión hinduista del Templo Dorado.  Para entrar en el templo, tenemos que quitarnos los zapatos y los calcetines. No me importa quitarme los zapatos pero sí los calcetines. Hay una alfombra “roja” que llega hasta el templo. Por supuesto no tiene el glamour de la alfombra roja que pisan las estrellas ya que está muy sucia y llena de barro. 
Caminar por esta alfombra me da repelús y opto por caminar por la calle a riesgo de pincharme los pies.
 
La gente nos mira extrañados y nos preguntan, con curiosidad de donde venimos. El templo se llama, a veces, Templo Plateado debido a sus extraordinarias puertas bellamente talladas.
El interior tiene también un lago repleto de peces que los niños van alimentando. El recinto es una versión en pequeño del Templo Dorado.
Aunque no tiene, ni mucho menos, la delicadeza del Templo Dorado, también nos ha gustado.
  
Cogemos otro tuc-tuc hasta el hotel.
Después de una buena ducha ya que tenemos los pies llenos de barro, planificamos los días siguientes. Mañana tenemos que llegar a Chandigarh, pasado mañana a Haridwar. y, al día siguiente a Lucknow. Dado que, de Haridwar a Lucknow hay muchos quilometros, decidimos por consenso, no visitar Haridwar y quedarnos a mitad de camino de Lucknow para ir tranquilos. 
Anulamos el hotel de Haridwar y nos quedaremos en Moradabad, una ciudad que no tiene nada pero que está a mitad de camino y además tiene un hotel que parece aceptable.
 


MARTES 19-7-2016

Que bién hemos dormido.! El desayuno es muy correcto, hay bastante donde elegir, aunque nosotros siempre desayunamos lo mismo.
  
Seguidamente hacemos el check-out, que hay prisa.

Mientras entramos las maletas en el coche, nos percatamos del cartel que hay a la entrada del hotel. Realmente da un poco de miedo. Según nos comenta el conserje, la bandeja se llena algunos días.

Conectamos el navegador y salimos de la ciudad. Cogemos la autopista N 1 que es la que va hacia Delhi. Casi diría que es la mejor carretera de todas las que hemos circulado, aunque la conducción es igual, de locos.!
Sobre las 14:30 llegamos a Chandigarh, una ciudad que no tiene nada que ver con el resto de las ciudades indias. Nuestro hotel está situado en el sector 8. El hotel Icon es moderno, limpio, de diseño y muy bonito.
 
Dejamos las maletas en la habitación y nos vamos a comer. El restaurante ya está cerrado pero, nos abren la cocina para nosotros. Todo un detallazo.!
Es un restaurante japonés y el chef, nos prepara la comida frente a nosotros con una maestría insuperable.
Empieza con un repique de espátulas de plancha.

Nos enseña el material que nos va a cocinar.

Lo pone en la plancha.
 
Lo flambea.
 
Y luego prepara el arroz. con arte, claro.!
 
Que bueno que estaba este arroz con verduras, gambas, pescado y huevo.
Nos hemos entretenido demasiado con la comida y empieza a ser un poco tarde. De la ciudad queremos ver el Capital Complex.
Chandigarh representa la India moderna y cosmopolita. Es la capital conjunta de los estados del Punyab y Haryana. Además, es la primera ciudad planificada de la India independiente. Es una ciudad atípica y por esto sorprende, y  mucho.
Sorprende una ciudad con semáforos, rotondas, señales de circulación, árboles y una circulación más o menos correcta y con pocos pitidos.
 
Después de la colonización, la India se encontraba aletargada, Nehru optó por modernizar el país y, esta idea de una India moderna la plasmó en la creación de una nueva ciudad, la capital del Punyab, Chandigarh.  Para la construcción de esta "modélica" ciudad, se derribaron antiguas aldeas, con lo cual se vieron desfavorecidos sus habitantes más pobres.

Inicialmente el proyecto de la creación de la nueva ciudad se encomendó al arquitecto Albert Mayer pero renunció al proyecto al morir uno de sus colaboradores. Entonces el proyecto lo llevaron a cabo un conjunto de arquitectos, urbanistas y delineantes bajo la dirección de Le Corbusier pudiendo poner en la práctica sus ideas del racionalismo arquitectónico, en donde se prima las formas simples y la separaciòn de funciones: zona de viviendas, de trabajo y de ocio. Aunque a Le Corbusier le hubiera gustado proyectar un gran número de viviendas en la ciudad, se le encargó el complejo del Capitolio, el complejo de los museos y la normativa urbanística del sector 17 y las avenidas Jan Marg y Madhya Marg.
En su orígen la ciudad fue concebida  para 150.000 habitantes pero màs tarde se adaptó para medio millón de habitantes. En la actualidad supera con creces esta cifra y ya supone una amenaza a la estudiada ciudad.

La unidad básica es el "sector" y, cada sector, atiende a las necesidades básicas de sus habitantes. Tiene una franja verde que se extiende longitudinalmente en dirección hacia las montañas. En esta franja verde se situan las escuelas, centros deportivos y de ocio. El tráfico vehicular está absolutamente prohibido en estas zonas verdes.
Los sectores estaban unidos por unas calles denominadas de las "7 Vs". Las  V son vías organizadas jerarquicamente de acuerdo a la intensidad del flujo vehicular que soportan. Así, V1 son carreteras nacionales; las V2 van a servicios públicos especiales; V3 son avenidas de alta velocidad que cruzan la ciudad; las V4 conducen a equipamientos locales; las V5 son vías barriales; las V6, vías de acceso doméstico; las V7 vías peatonales y las V8, añadidas porteriormente, ciclovías.

El Complejo del Capitolio es la obra más espectacular de Le Corbusier. Es la sede del gobierno de los estados de Punjab y Haryana. Comprende tres obras maestras: la Secretaría, El Tribunal Superior y la Asamblea Legislativa, separadas por amplias plazas. 
En el centro se alza la gigantesca escultura metálica de La Mano Abierta, el emblema oficial de Chandigarh. Por desgracia para nosotros, llegamos tarde y el complejo no lo podemos visitar porque ya han cerrado
wikipedia
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Otro de los atractivos turísticos de Chandigarh es el Jardin de Piedras.

Este surrealista jardín fue construido por Neck Chand, un inmigrante paquistaní que encontró trabajo como inspector de caminos. Se le asignó un terreno al que debía vigilar. Con los escombros producidos por la construcción de la ciudad y el cemento abandonado, Chand empezó a construir grupos escultóricos en 1957. Esta actividad era ilegal ya que el terreno era de uso público, por este motivo, Chand trabajaba de noche y lo mantuvo  en secreto. Durante casi 20 años creo esculturas con materiales de lo más variado:  botellas, vidrios, brazaletes, mosaicos, vidrio, enchufes eléctricos, vasijas de cerámica, lavabos, cables, ladrillos quemados, etc.
 

Las más de 5000 esculturas, están agrupadas por temas, y representan personajes y animales típicos de la zona.
  
Una pequeña entrada nos conduce a través de pasillos a un mundo surrealista en donde las esculturas al aire libre casi cobran vida en un paisaje onírico de cascadas, piscinas y pasarelas ocultas.
  
En 1975 fue descubierto y al quedar maravillados por su trabajo, en vez de demoler su obra, le pagaron un salario para que se dedicara a tiempo completo para continuar con sus esculturas. 
El parque es muy grande y agradable de pasear. La gente nos mira y mira hasta que uno se atreve a pedirnos una foto y la que se arma.! Me dan a los niños, se apretujan...luego vienen más. Me siento agobiada!.
 
Poco a poco conseguimos alejarnos de la gente y llegamos al teatro en donde se realizan representaciones.
  
Hemos pasado un buen rato en el parque. A la salida cogemos un tuc-tuc y regresamos al hotel. Una merecida ducha antes de cenar.
 
Repasar la ruta de mañana y a dormir.
 

MIERCOLES 20-7-2016

Hoy va a ser un día de desplazamiento, es decir, un día de carretera y, por lo tanto, un día duro. La experiencia nos dice que tenemos que levantarnos temprano y, a las 6:15 suena el despertador. Y a esto le llaman vacaciones.!!
Una buena ducha para despejarnos y bajamos a desayunar al restaurante japonés. Es muy temprano y estamos solos.
 
Seguidamente, dejamos el hotel y nos despedimos de la esta ciudad atípica pero que ha supuesto, para nosotros, un respiro y una bocanada de aire fresco. En seguida volvemos a la realidad del país, carretera infernal, pueblos caóticos...
 
Circulación extrema, especialmente cuando te vienen de frente y a toda pastilla los autobuses...

Suciedad...
 
Mucha pobreza...
 
Hoy tenemos la suerte que hemos visto un McDonald's justo a la hora de comer. No lo pensamos dos veces y vamos directos hacia allí. No nos atrevemos a probar la hamburguesa. Si la carne es de vaca, no creo que sea demasiado suculenta, visto el aspecto de las famélicas vacas. Nos quedamos con unos nuggets y, especialmente, con las patatas fritas que nos han entrado de maravilla. (422 INR).
 
Llegamos a Moradabab a media tarde. La ciudad no tiene nada pero nos quedaba a medio camino de Lucknow y tenía un hotel aceptable. El hotel Amara Boutique se encuentra en el 2º piso de un edificio.
 
Aprovechamos que aún no ha oscurecido para salir a comprar algo para cenar. No tenemos demasiada hambre y, en la única tienda que vemos, compramos unas galletas y unas patatas chips, sólo para picar algo y regresamos al hotel.
La habitación es grande y no está nada mal.
 
El baño también es grande aunque sólo hay una toalla.

El wifi no funciona demasiado bien. Cada dos por tres se desconecta y tengo que bajar a quejarme. Me dicen que vendrá alguien a mirar las cajas del wifi pero, pasa y pasa el tiempo, y nadie viene. Pues nada, un ratillo de tele y a dormir.

JUEVES 21-7-2016

Hemos tenido que pedir el desayuno por teléfono ya que en el hotel no hay restaurante. Nos traen las tostadas, muchas. Están  un poco quemadas y parece que hace dos días que estén hechas. La mermelada y la mantequilla es tan escasa que solo hay para untar una tostada y el café con leche ya viene todo mezclado y casi, casi con grumitos y esto sólo me gusta con el "cola-cao", en fín, que no es un desayuno demasiado apetecible.

Salimos del hotel pasadas las 8:00 de la mañana. Los empleados no  me prestan nada de ayuda con las maletas. Hay que bajar unos cuantos escalones y he puesto a prueba las ruedas de las maletas.  Incluso casi los veo reír al ver la dificultad que tengo. Espero a Cesc que ha ido a recoger el coche en el parquing.
Cogemos la autopista dirección Lucknow. Tenemos que pagar dos peajes de más de 100 INR cada uno.
Hoy hemos circulado por una carretera que, a tramos, estaba llena de monos y ya sabemos que estos animales son graciosos, por lo menos nos hemos reido un rato.
 
En otros tramos y debido al estado de la carretera, las ganas de reír se han acabado. Cruzar los pasos a nivel es toda una odisea. Hay que tener en cuenta que antes y después de cruzar, hay unos badenes muy altos en la carretera y hay que estar vigilante ya que es muy fácil que se golpee los bajos del coche y tener serios problemas. El primer paso a nivel que pasamos ya nos sirvió para coger experiencia. Si vas deprisa, revientas el coche.
 
Ojo, el camiónnnn.!!!!
 
Para no perder la costumbre, tenemos que ver el accidente del día.

El día está muy gris y parece que va a llover de un momento a otro.
 
El tráfico se va condensando, señal inequívoca que estamos llegando a Lucknow.
 
Teníamos que llegar a esta ciudad a las 14:00, según cálculos de google maps y hemos llegado a las 17:30, casi nada. Todos los cálculos realizados con el google maps no los hemos podido cumplir y además no por poco. Por este motivo tenemos que levantarnos muy temprano y aún así nos viene justo para llegar a una hora prudencial.
Al entrar en la ciudad el navegador se pierde un poco y nos hace dar más vueltas que una noria pero, al final, llegamos al hotel Levana, es un hotel bonito, moderno y bastante nuevo. El personal es un poco antipático y estamos bastante tiempo para el registro.

La habitación está muy bien pero no hay ventana, es interior. Tiene una TV bastante grande. El wifi funciona muy bien.
 
El baño también está muy bien.
 
Como ya es muy tarde, lo que queríamos visitar ya está cerrado. Nos tocará verlo mañana a primera hora. 
Vemos que hay un bonito restaurante y nos vamos a cenar unos spaghetti al aglio e olio; simples y deliciosos. Un poco de tele y a dormir, que mañana hay que madrugar mucho.

VIERNES 22-7-2016

A las seis en punto de la mañana ya estamos con los pies en el suelo. Tan temprano el restaurante está cerrado y no podemos desayunar.
Lucknow no es una ciudad que tenga demasiados turistas y no se porqué, ya que tiene unos edificios realmente espectaculares. La capital de Uttar Pradesh ocupa el tercer lugar en importancia tras Agra y Varanasi.
Queremos ir a la Bara Imambara pero no hay ningún medio de transporte, desde donde estamos, que nos acerque hasta allí. Esta muy lejos pero vamos  caminando a paso ligero y mirando al cielo porque parece que vamos a tener una buena lluvia. Al cabo de un rato, se para a nuestro lado un rickshaw. En un  primer momento le decimos que vamos andando pero, después de un buen trecho y viendo que el hombre continúa a nuestro lado, insistiendo, optamos por decirle que nos lleve. La verdad es que es el medio de transporte que menos nos apetece usar, consideramos que ir montado en una bicicleta y ver como un hombre, aunque sea joven, tiene que pedalear hasta quedar casi agotado, lo vemos casi inhumano.
Nos montamos en un destartalado rickshaw y el hombre comienza a pedalear. Por suerte, la calle tiene el piso en condiciones bastante correctas pero, cuando ha pasado unos metros, comienza una pequeña cuesta y el joven se pone de pie y comienza a pedalear con  más fuerza. Nos sentimos fatal y hasta pensamos en bajarnos. Por suerte, luego viene una larga bajada y nos sentimos aliviados, él mucho más. Llegamos a Bara Imambara, le damos el doble de lo pactado y nos despedimos de él con un apretón de manos y dándole las gracias.
Bara Imambara es la tumba de un santo chií. Se entra a través de unas enormes puertas a un precioso recinto. La entrada cuesta 500 INR e incluye la Chota Imambara, la torre del reloj y el pabellón de verano.

Una vez dentro,  encontramos un gran patio en el que se alza una mezquita, que está cerrada.

Y un "baori" (pozo escalonado).
 
En otro extremo del patio se encuentra el edificio principal. Una gran sala abovedada que aloja la tumba de Asaf-ud-Daula.
 
Los niveles superiores de la tumba está repleta de estrechos pasadizos interconectados entre si mediante numerosas idénticas puertas. A esta zona del edificio se le llama también "laberinto". Los pasadizos apenas tienen luz y, las parejas, tienen que entrar acompañadas con un guía para evitar tentaciones.

Unas empinadas escaleras nos conducen a la parte superior. Se nota que hace tiempo que no ha subido nadie ya que la barandilla está muy sucia, aunque Cesc no se ha dado cuenta hasta que ha llegado arriba.

Desde las terrazas hay bonitas vistas.
 
Realmente es un laberinto. Corredores larguísimos que dan a otros pasadizos. La visita hay que hacerla sin zapatos y el suelo está tambíen sucio. Después de pasear un poco, volvemos hacia abajo.
 
Nos ha gustado mucho la Bara Imambara. Seguidamente cogemos un tuc-tuc hasta la Residency. Este complejo de edificios en ruinas fue construido en 1800.

Los británicos se refugiaron dentro de sus muros durante la Rebelión de los Cipayos en 1857. Los cipayos eran soldados indios del ejercito de la Compañía Británica de las Indias Orientales  a las órdenes de oficiales británicos. La rebelión fue una consecuencia de las distintas diferencias que habían entre los soldados indios y británicos en cuanto a salarios, trato social y religioso y grandes diferencias políticas.
El asedio a Lucknow duró 147 días y se cobró miles de víctimas. Aunque la victoria fue británica y la represión fue durísima, el motín fue el principio del fin del Raj británico.
  
En los muros de los edificios pueden verse los impactos de las balas y cañonazos. Hoy viernes, el museo está cerrado.

Todo el complejo está muy bien y además los jardines están muy bien cuidados. Antes de salir ya tenemos que abrir el paraguas. Empezamos otra vez con lluvia. Preguntamos como llegar al hotel. Nos dicen que subamos a un pequeño bus. Va atestado de gente y no cabemos, pues nada, esto se arregla rápido, delante, con el conductor. Cesc se pone en medio ¿y yo donde?. Sólo me cabe una pierna la otra va casi volando. Cesc me tiene que agarrar con fuerza, no sea que en la primera curva salga disparada. Llueve muchísimo y me voy calando hasta los huesos, pero me da por reír y hasta puedo tomar una foto.!

Se nos acaba el recorrido y nos dicen que hay que bajar. El conductor enseña  a un tuc-tuc el nombre del hotel y la dirección y nos dice que subamos.

La de vueltas y vueltas que da el hombre. La realidad es que no sabe donde está ya que hace muchas paradas para preguntar. Nosotros vamos mirando para ver si reconocemos algo, pero no nos situamos. Después de mucho rato, vemos, por fín, el hotel. Lo primero que hacemos es desayunar y seguidamente el check-out.

Salimos de Lucknow a las 10,15 con una lluvia impresionante. Por suerte el GPS está situado y nos saca de la ciudad relativamente bien.

Al poco tiempo de salir de la ciudad, un árbol cae desplomado en mitad de la carretera dos  o tres coches antes de pasar nosotros.

Por suerte no ha impactado en ningún coche pero la carretera ha quedado cortada ya que el árbol ocupa toda la carretera. Queda un pequeño espacio para esquivar el árbol y sólo puede pasar un coche. 
Los coches que vienen en sentido contrario también intentan pasar y se arma un tapón en el que los coches quedan enfrentados y nadie puede pasar porque no hay suficiente espacio. 
Los coches que se encuentran detrás nuestro intentan colarse como pueden y al final se arma la gorda. Estamos muy enfadados ya que hay un policía que se está mirando el espectáculo sin hacer absolutamente nada.

Optamos por salir del coche y poner orden ya que si no lo intentamos, hoy dormimos aquí. Cesc hace retroceder los coches que tenemos a los lados ya que por el pequeño espacio que hay, sólo cabe un coche. Los tuc- tucs no tienen marcha atrás y hay que hacer bajar a la gente para que empujen. 
Yo me quedo en mitad de la carretera, al otro lado del árbol, para evitar que, los que vienen en sentido contrario, no avancen y dejen espacio para poder circular. Con los brazos abiertos y delante de los coches impido que ocupen el espacio por donde nosotros debemos avanzar. 
Cuando vemos que hay un poco de espacio, como tenemos el coche pequeño, Cesc se apresura, vuelve  al coche e intenta pasar. Yo me mantengo firme y aguanto estoicamente la lluvia y los pitidos.  Veo a Cesc avanzando a través del enorme socavón mientras el coche se balancea de un lado a otro pero, por fín, puede esquivar el árbol y recogerme en el otro lado. Inmediatamente, los de un sentido y el otro, al ver un espacio libre, avanzan otra vez volviendo a colapsar el paso. 
La cola de coches es enorme. Hemos tenido suerte que éramos los primeros ya que el colapso no se arreglará en todo el día, seguro.
Estamos calados hasta los huesos pero contentos de haber podido pasar.

La carretera está fatal, no podemos ir a más de 15-20 km/hora. Los accidentes se suceden uno detrás del otro. Hay que ir con todos los sentidos bien puestos ya que el peligro es constante. Si los coches son peligrosos, no hablemos de los autobuses y los camiones.
  
En ocasiones también tenemos estampas curiosas y hasta bonitas.
  
Pero aún nos queda un buen trecho para llegar a Varanasi.

Las entradas en las poblaciones son lentísimas.
  
Ha oscurecido y nosotros aún estamos en la carretera. No se ve absolutamente nada ya que los coches que vienen en sentido contrario, una de dos, o van con las luces largas con lo cual quedamos totalmente alumbrados o van sin luces. La gente pasa por donde le da gana y hay que tener cuidado para no atropellar a nadie, además no hay ningún indicador. Entramos en Varanasi, casi a ciegas,  a las 20,30, seis horas más tarde de lo previsto.
No hace falta deciros que la ciudad es un auténtico caos.

Nuestro hotel, Ganesha Palace se encuentra al final de un estrecho callejón en el que no podemos pasar porque hay un vendedor que, con su mesa improvisada, ocupa gran parte de la calzada. Bajo del coche y Cesc se queda un poco más adelante, en donde ve un pequeño sitio para meter el coche. Sale el propietario y le pregunto cómo vamos a entrar el coche dentro del hotel, si no se puede pasar. Entonces llama a su padre y le dice al vendedor que ya puede ir recogiendo. El anciano se mete en el coche junto a Cesc y, como no puede hacer marcha atrás, porque los coches no le dejan, hay que dar toda la vuelta y el señor le va indicando el camino. 
Pierdo de vista el coche y me quedo en el callejón. Mientras, el vendedor, con mucha calma, va recogiendo los bártulos. Al cabo de un rato veo otra vez el coche y ahora sí, puede entrar en el callejón. Respiramos muy aliviados cuando dejamos el coche aparcado.
El chico es muy simpático y nos enseña la habitación. Este bed-breakfast tenía muy buenas críticas y como esta muy bien situado, hicimos la reserva. Pero, a mi, no me acaba de convencer porque lo primero que pido en una habitación es limpieza y, las sábanas, están llenas de manchas.

El lavabo es normalito.
 
El aire acondicionado hace mucho ruido y el wifi funciona muy mal pero, hemos llegado y esto es lo realmente cuenta. Nos quedamos a cenar en el mismo hotel y pedimos unas tortillas con patatas fritas y unas birras bien grandes. Todo nos sabe a gloria. Hoy nada de tele que estamos reventados. 

SÁBADO 23-7-2016

Hoy no hemos tenido tanta prisa por levantarnos y nos aprovechamos un poco. Llevamos muchos días de madrugones impresionantes.
Desayunamos en el patio del bed-breakfast  muy tranquilos y con un silencio que se agradece. El calor empieza a apretar fuerte y casi que lo preferimos a las lluvias torrenciales.
Hoy estaremos todo el día visitando Varanasi. Esta ciudad es una de las 7 ciudades sagradas de la India. Varanasi es el principal centro de peregrinación para los hinduistas y es un lugar dónde todo hindú debería ir al menos una vez en la vida.
La ciudad es santa por partida doble ya que, según la mitología hinduista, una de las cuatro cabezas del dios Brahmá descansa en esta ciudad y, además, la mano izquierda de Satí (esposa del dios Shiva, que se suicidó prendiéndose fuego) cayó en esta ciudad.
Salimos de nuestro apacible patio para sumergirnos en el caos. La ciudad será santa pero también es caótica.
Nada más salir del bed-breakfast, se nos pega un hombre detrás que no nos deja ni a sol ni a sombra. Allá donde vamos, el también. Intentamos darle esquinazo pero no hay manera y esta actitud no nos gusta. Sabemos que la ciudad goza de gran número de timadores y hay que estar vigilante. Al cabo de mucho tiempo, parece que se cansa de seguirnos y ya no lo vemos más o al menos esto es lo que nos parece. Nos dirigimos hacia los ghats, el principal atractivo que los turistas buscamos.
  
Para llegar hasta allí hay que entrar por las estrechas callejuelas y sortear vacas, personas, peregrinos que vienen en tropel, motocicletas...y, además, mirar donde pisas porque la basura y las cacas de las vacas son una constante en el suelo.
 
Los ghats son las escalinatas de piedra que descienden hacia el Ganges.  Hay unos 90 ghats que se suceden, sin interrupción, en la ribera del Ganges. Estas escaleras son el corazón de la ciudad, el lugar donde la vida y la muerte convergen y, donde el río Ganges, ocupa el lugar de honor.

Varanasi es el lugar donde todo hindú quiere exhalar su último aliento, ser incinerado y  que las cenizas caigan en los brazos del río sagrado. Morir en Varanasi significa romper el ciclo de las reencarnaciones, liberar el alma y alcanzar el Nirvana, la paz interior, la felicidad suprema.
A lo largo de la ribera hay casas de acogida para los enfermos, desahuciados y ancianos donde son acogidos para esperar la muerte, una muerte aceptada con total naturalidad.
El Manikarnika Ghat es el principal ghat crematorio. Puede recibir al día hasta 200 difuntos. Funciona siempre, se trabaja día y noche y los dom, una subclase de los intocables, son los encargados de que todo el ritual mortuorio funcione correctamente.
Los familiares trasladan el difunto al ghat en una camilla y envuelto en una túnica naranja y cubierto de flores. Las mujeres no asisten a la ceremonia. La muerte es motivo de alegría y las mujeres son lloronas y sensibles, los lloros impedirían que el  viaje del alma no fuese completo. Otra razón por la que se les impide asistir es la siguiente: antaño, cuando moría el marido, la mujer se arrojaba a la pira funeraria, en otras ocasiones era empujada por la familia del marido para evitar su manutención. Para evitar tentaciones, mejor no asistir.
Una vez en el ghat, se sumerge al difunto en el agua para su purificación y después se deposita sobre la "cama" de leña.
Como en todo el mundo, morir es caro y Varanasi no es una excepción. La compra de leña es un auténtico negocio y hay que negociar bien, tanto el tipo de madera como la cantidad, ajustándola siempre. Normalmente son necesarios entre 200 y 350 quilos de madera para la cremación y, dependiendo del tipo de madera hay que pagar más o menos. La madera de sándalo es la más cara. En el otro extremo se encuentran las boñigas (excrementos de búfalo desecado y con forma de torta) que es lo más barato. También hay un término medio como  es la madera mezclada.
La cantidad de leña que hay en los alrededores del ghat es impresionante.
 
Perfectamente organizada en cuando a tamaño y forma.

También hay la posibilidad de realizar la cremación en un incinerador eléctrico aunque no es lo habitual. La madera se ajusta tanto que muchas veces la incineración no es completa. Todos los restos van a parar al río para regocijo de peces, buitres, perros....Los más pobres que no se pueden costear la cremación, son lanzados directamente al río con un peso para que no floten aunque las cuerdas acaban pudriéndose y no es difícil ver los restos flotando

Hay excepciones a la cremación:
-Las mujeres embarazadas.
-Los niños.
-Los que han muerto por picadura de serpiente.
-Los leprosos.
-Los sahus (hombres santos).

Normalmente, el hijo mayor enciende la pira y se espera unas tres horas que es el tiempo que tarda en completarse el proceso. Al acabar, todo es lanzado al río.
No se pueden hacer fotografías por respeto. Aunque, claro, parece que el respeto no importa demasiado si pagas una enorme suma de dinero al responsable del ghat. Los niños chapotean en el agua para encontrar algún objeto de valor entre los restos de ropa, flores, cenizas...
Es curioso pero pensaba que toda la zona olería mal, pero no es así. 

Los hombres, al cabo de unos días del fallecimiento, han de raparse la cabeza dejando sólo un mechón de pelo y vestir de blanco en señal de duelo. Las mujeres han de lavarse el pelo.
 
El Ganges es uno de los ríos más contaminados del planeta. Todo va a parar a sus aguas: cenizas, cuerpos humanos y animales, basura y excrementos. Su color lo dice todo. Esto no impide que la muerte de paso a la vida y la gente se sumerge en sus aguas para purificar sus pecados, lavar su ropa e incluso beber de sus aguas. Muchos van con un bidón para llenarlo de agua. Se dice que están inmunizados aunque yo no me lo acabo de creer.  
   
Continuamos nuestro paseo visitando otros ghats en los que, aparte de las incineraciones, lo que podemos ver es siempre lo mismo: cantidad de gente haciendo sus purificaciones en el río sagrado.
  
El río, debido a los monzones, está muy crecido y los paseos en barca no se pueden hacer.

La tarde se ha pasado volando. Volvemos a los callejones estrechos de la ciudad en dónde es muy fácil perderse. Los mapas, en Varanasi, no sirven de nada. Estamos buscando el templo de Vishwanath pero, visto que hay una cola enorme para entrar, hay que quitarse los zapatos y el suelo, decir sucio, me quedo corta, hay que dejar todas las pertenencias y tampoco es seguro que nos dejen entrar ya que, en principio es sólo para hindúes, yo me lo pienso rápido y le digo a Cesc que si quiere entrar, lo espero fuera. Su respuesta también ha sido rápida, yo tampoco entro.

Si algo no le falta a Varanasi son templos. En todas las calles pueden encontrarse pequeños templos en los cuales los fieles hacen sus rituales.
 
Otos templos se abren al Ganges.

Nos perdemos entre las callejuelas y salimos otra vez a los ghats.
   
 
Mientras unos venden lo que pueden, otros se encuentran en mitad de la calle, sentados pidiendo limosna.
   
Las vacas aprovechan los desperdicios para alimentarse. Aquí todo se aprovecha.

Damos una última vuelta por las calles de la ciudad antes de regresar al bed-breakfast.
 
Al atardecer hay una ceremonia de fuego y danza en el Dashashwamedh Ghat. Nosotros por mútuo acuerdo preferimos descansar en el tranquilo patio del bed-breadkfast. Ya hemos visto Varanasi y ya tenemos suficiente. La verdad es que, lo único que hemos visto diferente al resto de las ciudades, es la ceremonia de las cremaciones. Por lo demás, no es tan diferente al resto de las ciudades que hemos visto de la India: caos elevado a la máxima potencia, montones de basura por todos los rincones y pobreza extrema.
Al cerrar las puertas de nuestro "hotel", la calma y la paz vuelve a nosotros.

Que bien nos entra una cerveza bien fresquita. Cenamos en el patio, como ayer.

El arroz con huevo  y las  patatas no están nada mal.
 
Con calma preparamos el camino de mañana. Empezamos haciendo el cálculo de la hora que nos tenemos que levantar y, visto lo visto, pondremos el despertador a las cinco de la mañana. Y a eso lo llaman vacaciones.!. Nos relajamos todo lo que podemos y a dormir, que la noche será cortita y el día muy largo.

DOMINGO 24-7-2016

Hoy toca día de carretera y, a las 5:00 de la mañana ya estamos en pie. Nos espera un día duro. Nuestro destino final  se encuentra  en Khajuraho, situado a casi 400 km de Varanasi. Nos han preparado una especie de catering de desayuno, cosa que agradecemos mucho y dejamos la casa que nos ha alojado durante dos días.
 
A esta hora tan temprana no hay, por suerte, el chiringuito que ocupa todo el pasaje y que nos encontramos al venir. A esta hora tan temprana hay mucho tráfico por las calles de Varanasi. Cuando salimos de la ciudad y nos encontramos otra vez en la carretera, nada cambia, todo continua igual pueblos destartalados, suciedad y carreteras malísimas.
 
Encontramos muchos peregrinos que, caminando a paso firme, se dirigen hacia Varanasi.
 
Llega un momento en que quedamos totalmente parados y estamos muchísimo rato avanzando a paso de tortuga. El colapso es total y no sabemos porque hay esta cola tan descomunal.
Estamos tanto rato parados que Cesc opta por adelantar, por donde puede, las decenas y decenas de camiones. Madre mía.! que miedo, si viene un camión en sentido contrario no se dónde nos vamos a meter. Insisto en que esperemos un poco más pero a él ha perdido la paciencia y venga, vamos adelantado camiones y camiones y...más camiones. Creo que todos los camiones de la India se encuentran parados aquí. Los tuc-tucs intentan colarse por donde pueden, igual que nosotros.
 
Vamos adelantando y cuando viene alguien en sentido contrario nos acercamos a los camiones en espera que pase, rezando para que no nos roce el coche. Después de varios kilómetros, llegamos a un peaje en medio de la nada, un peaje ha sido el responsable del monumental colapso.
Toca la hora de desayunar y sacamos el catering que nos han dado en Varanasi. Tenemos pan, mantequilla y mermelada.Voy preparando el desayuno y sin parar el coche,  vamos desayunando.
El GPS se pierde a menudo y tenemos que ir preguntando.
  
La carretera es un infierno, llena de agujeros  y muchísimos tramos sin asfaltar. Encontramos  animales de todo tipo en medio de la "carretera".
  
  
Según nuestro navegador, teníamos que llegar a las 12 del mediodía al hotel y hemos llegado a las 18:30. A todo esto teniendo en cuenta que hemos salido de Varanasi muy temprano, sobre las 5:30 de la mañana. En este país hacer algún cálculo de Km/ hora de llegada es imposible. El cálculo inicial hay que multiplicarlo por tres y, aún así, alguna vez hemos llegado justito.
El hotel Radisson Jass de Khajuraho es muy bonito. Tiene una gran recepción.

La habitación es grande pero, un lado de la cama está casi pegada a la pared, con lo cual es un poco incómodo entrar y salir de la cama.
 
Tiene TV de pantalla plana, dos butacones, minibar y balcón.

El lavabo es bastante pequeño pero, en definitiva, todo bastante bién. Lo que más valoro es la limpieza y, en este aspecto, ninguna queja.
 
Como ya es muy tarde nos vamos a cenar. Aunque hoy apenas hemos comido no tenemos demasiada hambre. Vemos que hay pizza y esto es lo que pedimos. Las cervezas que no falten.
 
La pizza más mala no puede ser pero, acompañada de las cervezas, también ha entrado. Estamos un rato charlando con unos turistas españoles que nos cuentan que han tenido un problema con su autocar y, después de un rato, nos vamos a la habitación para leer un poco de los templos de Khajuraho.

LUNES 25-7-2016


Hoy no hemos puesto el despertador pero, a las 7:00 de la mañana ya estamos despiertos. Lógico, teniendo en cuenta las horas que nos levantamos, el cuerpo se adapta a los madrugones.
Bajamos a desayunar. El buffet es bastante completo, visto los que hemos ido teniendo a lo largo del viaje. Después del desayuno nos encaminamos hacia los templos hindúes y jainistas de Khajuraho, una de las estrellas de este viaje, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986. Estamos de suerte ya que el día ha amanecido espectacular, mucho sol y calor.

Khajuraho fue la capital cultural y religiosa de la dinastía de los Chandela. Esta dinastía gobernó en ésta parte de la India, Madhya Pradesh, entre los siglos X al XII. Contribuyeron numerosos albañiles, arquitectos y escultores en la construcción de los 85 templos aunque, en la actualidad, solo se encuentran en pie 22 templos en un estado muy aceptable de conservación. A diferencia de otros templos o monumentos, que hemos visto en la India, el recinto de Khajuraho está muy bien cuidado. Las zonas donde se alzan los templos están ajardinadas y limpias.
Los templos mejor conservados son los que se encuentran dentro del recinto vallado y son los que hay que pagar una entrada de 500 INR para entrar.
Los templos se sitúan sobre unas plataformas elevadas, se cree, para facilitar las procesiones rituales alrededor a su alrededor.
   
Las tallas, de una ornamentación exquisita, evocan temas cotidianos, hombres arando la tierra, niños jugando, imágenes de dioses y diosas, músicos, animales...
  
Pero, lo que caracteriza a los templos de Khajuraho, son los  temas de índole sexual ya que las tallas son de una naturaleza intensamente erótica.
Voluptuosas ninfas celestiales, vestidas con transparencias, se contornean bailando sensualmente.
  
Grupos de hombres y mujeres en posiciones sexuales casi imposibles dan rienda suelta al placer sin ningún tapujo.
El sexo, en la época en que fueron construidos los templos, era una cuestión pedagógica. Los templos, además de lugares de culto, eran lugares de aprendizaje de bellas artes, en las que se incluían, el arte de hacer el amor. Se piensa que las representaciones de escenas amatorias daban buenos augurios y, por este motivo, se encuentran intercaladas con escenas cotidianas en lugares donde todo el mundo las pudiera ver.
Desnudez y  orgías se muestran sin reservas y de una forma evidente en una sociedad antigua abierta a este tipo de prácticas que contrasta enormemente con la conservadora sociedad actual.
El matrimonio era un vínculo opcional y eran aceptadas todas las formas de relación sexual basada en el deseo libre de la unión de la pareja, sea la pareja que sea.

   
Con la llegada de los musulmanes y, posteriormente, de los ingleses y la cultura occidental, el matrimonio pasó a ser un vínculo económico, legal y convencional, basado en los intereses de las familias y las castas,  estableciéndose normas rígidas y reprimiendo las manifestaciones públicas afectivas.
La India se convirtió en un  país sumamente conservador y represivo y, la sexualidad, un tema tabú. La mujer ha pasado de tener una sexualidad plena en tiempos pasados, a ser una víctima de ella, sufriendo  acosos y violaciones.
Cuando la dinastía Chandela se extinguió, los templos quedaron aislados por su lejanía y engullidos por la maleza de la tupida selva y así sobrevivieron hasta 1838.
      
Los interiores de los templos son bastante pobres.
  
Pero, la realidad es que son unos templos impresionantes.
   
Vale la pena hacer un pequeño desvío de la ruta para ver estos magníficos templos.  Por lo menos, a nosotros, nos han gustado mucho.
El sol y la calor nos han acompañado durante bastante tiempo pero, de repente, el cielo se ha encapotado de una forma alarmante. 
Aunque hemos estado a punto de ver la "tormenta perfecta", al final ha sido un tremendo chaparrón de unos 10-15 minutos y, después del susto inicial, ha vuelto a salir el sol.

Salimos del recinto y nos vamos a comer. Es curioso, pero no hay nada de turismo y todas las tiendas de khajuraho quieren que entremos a ver sus "productos". Esto es lo que hacemos, tienda tras tienda, para ver qué es lo que tienen y no hacer el "feo" a nadie. 
Lo cierto es que nos sentimos muy presionados y optamos por ir a comer y, de momento, no comprar nada. 

Según la guía nos decantamos por el Raja's Café de comida internacional. Hay que decir que muchos restaurantes están cerrados.
Pedimos unas pizzas al horno ya que vemos que están genial. Una pizza llega "on time" pero la otra, tenemos que quejarnos ya que no hay manera de que llegue a la mesa. Es de cajón que se han olvidado de nosotros. De todas formas, las pizzas,  no están nada mal.
 
Después de la comida, compramos unas cajitas de té y una figurita. Nos sabe mal comprar a uno y a los otros nada pero, es que estamos solos ante una multitud de gente y es imposible comprar en todos las tiendas. Intentamos acabar rápido y marcharnos lo antes posible.
Nos acercamos a la ciudad de Khajuraho para ver unos últimos templos. Se nos acercan unos niños que no nos dejan ni a sol ni a sombra. Chapurrean algunas palabras en un español bastante inteligible y, aunque les decimos que no queremos ningún guía, éstas últimas palabras parece que no las comprenden ya que no hay manera que nos dejen solos. La ciudad es una copia de todas las ciudades indias que hemos visto.
  
Los últimos templos que nos quedan por ver están en proceso de restauración pero, a nuestro gusto, la restauración es bastante mala.
   
Regresamos al hotel en un ciclo rickshaw ya que el hombre nos ha seguido durante todo el día y, aunque sea por la paciencia que ha tenido, le pedimos que nos lleve al hotel, a pesar de que es el medio de transporte que menos nos gusta por el esfuerzo que requiere.
Cenamos un poco y después preparamos el día de mañana. Hemos mirado la previsión meteorológica y anuncian lluvias. Que no quiero más lluvia.!!

MARTES 26-7-2016

El desayuno es bastante completo y lo aprovechamos. Ya sabemos que las comidas son complicadas.
Hoy tenemos casi 300 km para llegar al hotel en Gwalior, pero antes tenemos que visitar Orchha. Si encontramos varios rebaños de vacas como este, no llegamos seguro.
 
Por la carretera vamos encontrando los peregrinos que se dirigen hacia Varanasi.

La India es como un álbum fotográfico abierto. A cada momento te encuentras estampas curiosas. Saludos.!!
 
Entramos en Orchha, sobre las 11:00 de la mañana. El pueblo es eminentemente rural. Sus sencillas casas son de color azul y, a pesar de esta sencillez, el pueblo tiene imponentes  monumentos.


 
Orchha fue la capital de los rajas Bundela desde el s. XVI hasta 1783 año en que se trasladaron a la cercana Tikamgarh. Tras cruzar el puente, se alza un enorme complejo fortificado compuesto por dos imponentes palacios del siglo XVII, ejemplos espectaculares de una mezcla de arquitectura mogol e hindú.
 
 
Los interiores están bastante desnudos pero aún se puede apreciar las pinturas de luchadores, cazadores y bailarines
 
Los patios, escaleras, balcones y terrazas se suceden por los tres niveles del palacio.
  
Podemos recorrer todos los rincones de los palacios casi en solitario ya que, por suerte, Orchha aún no ha sido invadida por la multitud de turistas. Es un lugar bastante tranquilo.
Junto al río se levantan los inmensos "Chhatris". Se trata de los cenotafios de los gobernadores de Orchha. Nos damos un poco de prisa ya que el tiempo ha ido cambiando de una forma alarmante y nos tememos que no tardaremos demasiado en ver nuestra compañera inseparable: la lluvia.
  
Antes de dejar el pueblo, compramos algunas bolsas de patatas y cosas varias para picotear cuando nos entre el hambre. El coche comienza a tener un color que poco se asemeja al primer día pero, de momento, no tenemos ninguna abolladura.
 
La gente va en busca del agua a los pozos y carga el agua en recipientes metálicos. Que fácil lo tenemos nosotros.
 
Por la carretera se ven auténticos desafíos a la gravedad. No hay duda en que son  maestros en llevar una carga pero, también hay quien no lo consigue ya que hemos visto más de un camión volcado y la carga por los suelos. Adelanta rápido, no sea que nos caiga encima.

Llegamos al hotel Usha Kiran Palace con una tormenta descomunal. Antes de entrar al hotel nos revisan los bajos del coche para ver si llevamos "algo raro". Es el primer hotel en que nos miran el coche por seguridad, aunque, el pobre hombre, con la que está cayendo no creo que vea nada de nada.
 
El hotel es precioso. Tenía un buen precio y nos damos un homenaje. Se construyó para hospedar al príncipe de Gales, el futuro rey, Jorge V. La habitación es enorme con salita incluida.
 
El baño también es grandioso. Tiene una bañera que casi parece una mini piscina.
 
Queríamos ir a visitar un palacio que tenemos muy cerca del hotel. Preguntamos si se puede visitar en la recepción y nos dicen que hay que hacer una reserva previa. Llaman al palacio y nos dicen que no hay ningún problema en que vayamos.
La lluvia es tan intensa y las calles están tan inundadas que es imposible poder llegar a pie ya que no intuimos ni la dirección de la calle. Optamos por volver ya que es un riesgo intentar llegar. Comunicamos lo sucedido en el hotel y ellos se encargan de anular la visita.
Parece que hay muy poca gente hospedada en el hotel. Nosotros no vemos a nadie. Cenamos algo rápido y volvemos a la habitación ya que no se puede hacer nada más, pues descansaremos un buen rato.
 

MIERCOLES 27-7-2016

Aprovechamos que hoy no llueve para tomar algunas fotos del bonito hotel ya que, con la lluvia de ayer, no pudimos prácticamente ver.
  

 
En el hotel pedimos si nos pueden llamar a un motorickshaw  para ir al fuerte de Gwalior. En cinco minutos lo tenemos a la puerta del hotel. Antes de visitar el fuerte, queremos ver las Esculturas rupestres jainies. Estas esculturas están localizadas en el camino oeste que llega al fuerte. Están talladas en la roca y son realmente impresionantes.
 
   
 
En su mayoría fueron talladas a mediados del s.XV. Representan figuras desnudas de tirthankars (los 24 grandes maestros jainíes). Fueron desfiguradas por las tropas musulmanas de Babur en 1527, pero se han restaurado recientemente.
  
Hay una larga cuesta hasta llegar al fuerte. Haciendo foto aquí y allá, Cesc me lleva una gran ventaja. Esperameee.!!!

El emperador mongol Babur describió a Gwalior como "la perla de las fortalezas de la India". Los inicios de la ciudad datan del siglo VIII cuando, según se cuenta, un ermitaño llamado Gwalipa curó la lepra a Suraj Sen, jefe tribal rajuta, con agua del embalse. Diversas dinastías se sucedieron en el poder y la fortaleza pasó por distintas manos, incluso las británicas antes de pasar, finalmente, a los Scindia.
Respiramos tranquilos cuando llegamos arriba y vemos el imponente palacio.

Gran parte del fuerte está ocupado por la prestigiosa Scindia School, establecida en 1897 por el marajá Madhavrao Scindia para la educación de la nobleza hindú. Son muy interesantes los frisos de las paredes exteriores y los mosaicos de color azul, amarillo y verde.
 
La fortaleza contiene varios templos y palacios.
 
Durante la rebelión de los Cipayos de 1857, el marajá Jayajirao permaneció leal a los británicos, pero sus tropas se alzaron y, a mediados de 1858, el fuerte fue escenario de algunos de los últimos acontecimientos del motín.

El interior, consta de varios patios abiertos rodeados por estancias en dos niveles.
 
 
Tiene dos plantas subterráneas para los días más calurosos. Ésta zona es muy oscura, tanto que es fácil ver murciélagos rondando por los techos. No estamos demasiado rato ya que tampoco se ve gran cosa.
  
Salimos del fuerte y el día ha vuelto a cambiar. El cielo vuelve a ponerse de un color grisáceo que no nos gusta nada.
Aunque en las inmediaciones hay alguna cosa más para ver, decidimos irnos hacia la ciudad, no sea que nos pille un chaparrón de los que hacen história aquí arriba.
 
En esta zona oriental hay también talladas en la rocas varias figuras, aunque no son, ni mucho menos, tan impresionantes como las de la zona occidental.
 
Hay que cruzar varias puertas y algún templo antes de llegar abajo.
    
Cogemos un autoricksaw hasta el hotel atravesando parte de la ciudad.

Hay que esquivar las vacas que dormitan en el centro de la calle.
 
Llegamos al hotel y, los empleados, aún están limpiando las zonas que anoche quedaron inundadas de agua.

Dejamos el hotel y ponemos rumbo a Agra.
 
La carretera está en un estado lamentable que se agrava con el agua y el barro quedando, el parabrisas, completamente sucio.
 
Por suerte, la carretera mejora un poco en unos quilómetros aunque siempre encontramos obras.

Como el tramo de carretera está un poco mejor, hay que pagar. Son curiosos también los peajes.
   
Pasadas las dos de la tarde llegamos a Agra y a nuestro hotel, Seven Hills Tower.

La situación es buena y el hotel está muy bién. Nuevo, limpio y muy cuidado.
 
La habitación es muy amplia. Tiene, incluso, un saloncito y dos televisores.
  
En comparación al tamaño de la habitación, el baño queda un poco pequeño, pero está muy bien.
 
Antes de nada, bajamos al restaurante para ver si aún podemos comer algo. Sabemos que es un poco tarde pero, lo intentaremos.
Estamos de suerte, no hay problema para comer. Incluso más tarde que nosotros, vienen un grupito y también les dejan entrar. Cesc me enseña el papelito de nuestra ruta, un poco rota, Comentamos que estamos de suerte, en Delhi dejamos el coche y, de momento, parece que lo dejaremos en perfectas condiciones.

Después de comer intentamos dar una vuelta por Agra pero, ha vuelto a llover, y las calles están inundadas, intentar ver algo parece misión imposible.  
Volvemos al hotel y dedicamos la tarde a la programación de la excursión de mañana. Queremos ver Fathepur Sikri pero no queremos ir con nuestro coche ya que ahora está muy bien aparcado y no queremos tentar a la suerte prácticamente el último día. Preguntamos al hotel si nos pueden organizar la excursión con un taxi y no hay ningún problema. Parece que un familiar del gerente nos llevará hasta Fathepur Sikri. Solucionado el día de mañana, nos vamos a la habitación para ver la tv y ponernos al día con las noticias y los correos.

JUEVES 28-7-2016


A las 7:00 de la mañana, nuestro conductor ya está en la recepción. La primera parada del día será Fathepur Sikri, a la que llegamos después de una hora de viaje. La ciudad se encuentra a unos 40 Km de Agra y fue capital del imperio mogol entre 1571 y 1585 bajo el reinado de Akbar.
Este emperador tenía un gran imperio pero no tenía hijos. Acudió a Fathepur Sikri para consultar a un santo sufí quien tenía fama sabio. El santo le predijo que tendría un heredero. Cuando la profecía se hizo realidad, Akbar construyó aquí su nueva capital en la que incluía una gran mezquita, palacios, estanques y harenes.  La construcción comenzó en 1569. En su construcción intervinieron albañiles y talladores que trabajaron la arenisca de color rojo disponible en la zona. Repentinamente, la ciudad fue deshabitada, según se dice, por falta de agua.
El conductor nos deja  delante unas altas escaleras al final de las cuales se levanta una inmensa y espectacular puerta de, nada menos, 54 m de altura, la Puerta de la Victoria, construida para conmemorar la victoria militar de Akbar en Gujarat.
  

Hay que dejar los zapatos fuera y, tras cruzar la puerta, se abre un grandioso patio porticado.
 

En el patio se halla la tumba de mármol blanco, del santo sufi Shaikh Salim Chishti


Akbar acudió a este santo con la esperanza de tener un hijo. Actualmente muchas mujeres visitan  la tumba de este santo y atan un hilo en las celosías con el mismo objetivo, tener un hijo.
 
   

Si este patio porticado con sus magníficas puertas y edificios ya es impresionante, cuando se entra en el recinto palaciego y ves los impresionantes palacios, estanques, patios, puertas y complicadas tallas, el asombro es aún mayor.

El salón de las Audiencias Públicas (ahora un patio muy cuidado) era el lugar donde Akbar, presidía, junto a sus consejeros los juicios desde un asiento central.
Los asistentes a los juicios tenían que  ser muy cautos a la hora de hablar ya que la acústica era tan buena que Akbar podía escuchar cualquier cosa en cualquier momento y lugar y, teniendo en cuenta que la justicia se impartía sin demora, y que allí mismo efectuaban las ejecuciones, llevadas a cabo por elefantes que aplastaban a los condenados a muerte, no sería de extrañar que fueran juicios silenciosos.


En el interior del Salón de Audiencias Privadas hay una gran columna central esculpida. Esta columna se ensancha para formar un espectacular capitel que sostiene una plataforma conectada a las cuatro esquinas de la sala por estrechos puentes de piedra. Se dice que Akbar desde lo alto de este capitel deliberaba con sus más allegados que se situaban al final de los cuatro puentes.
 

En la gran piscina ornamental, músicos y cantantes se situaban en una plataforma sobre el agua, mientras Akbar los observaba desde sus aposentos.
 

En el patio del Pachisi, llamado así en referencia al antiguo juego conocido ahora como parchís, aún se puede ver un gran tablero en que se disputaban los juegos.

El Panch Mahal es un edificio  de cinco plantas que van disminuyendo de tamaño.
 
Todo el recinto, lleno de palacios, es impresionante.
   

Salimos muy satisfechos de la visita a Fathepur Sikri, no en vano, fue declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en 1986.
Después de ver todo el complejo de edificios que construyó Akbar, teníamos que ver su tumba ya que si está a la misma altura que Fathepur Sikri, seguramente será igualmente espectacular.
El tráfico es inmenso y prácticamente quedamos atrapados en un conglomerado de camiones.
 
El Mausoleo de Akbar se encuentra en Sikandra a unos 10 km de Agra. Esta impresionante tumba de arenisca y mármol se comenzó a construir en 1604  por Akbar pero fue su hijo quien lo finalizó en 1614.
Una gran puerta de arenisca con incrustaciones de mármol, grandes balcones y altísimos minaretes, nos adentra en un gran patio con estanques que evocan los ríos del paraíso, con lo cual, el mausoleo se encuentra, metafóricamente hablando, en el paraíso celestial.
 
 
El interior del mausoleo contiene las sencillas tumbas de Akbar y de sus hijas.
  
El mausoleo es realmente bonito.
 
Nuestra próxima parada será el Fuerte de Agra, Patrimonio de la Humanidad desde 1983. Nuestro conductor nos deja a las puertas del fuerte.
Esta enorme fortaleza fue construida por Akbar en 1565, continuada por su hijo y acabada por su nieto Sha Yahan en 1573. Sus usos fueron militares pero también palaciegos ya que Sha Yahan, lo transformó en palacio y aquí quedó recluido durante los últimos ocho años de su vida.
Unas poderosas murallas de más de 20 m de altura y 2,5 km de perímetro resguardan la única puerta que da acceso al interior, la puerta de Amar Singh. Se diseño de forma curva para despistar a los enemigos que conseguían cruzar la primera línea de defensa: un foso infestado de cocodrilos.
 
Compramos la entrada y entramos.

Impresiona el grosor y altura de murallas y puertas.
 

En la Sala de las Audiencias Públicas, Akbar escuchaba a sus súbditos
 
Palacios y filigranas se van sucediendo uno tras otro.
  

Especialmente bonito es el  Shish Mahal o Palacio de los Espejos. 
En el palacio Khas Mahal, de mármol blanco Shah Jahan, nieto de Akbar, estuvo preso durante ocho años, después que uno de sus hijos le usurpara el trono.

Desde las terrazas de este palacio podía contemplar la tumba de su amada esposa, el Taj Mahal.
 
Estancias privadas y jardines de una belleza asombrosa es lo que encontramos dentro del fuerte.
  
Realmente la visita al Fuerte de Agra, es ineludible. Nos ha gustado mucho.
La última visita del día es otro Patrimonio de la Humanidad, el esperado Taj Mahal, considerado uno de los edificios más bonitos del mundo.
Agra aún tiene zonas llenas de agua y el conductor nos deja en el parquing, cerca de donde se compran las entradas.
 
Hay una cola enorme para entrar, hombres y mujeres por separado. Lo revisan todo y nos quitan una pequeña linterna, que no volvemos a ver más, pero no nos dicen nada de la mochila

Hay que caminar un trecho hasta llegar a la entrada ya que este primer alto, corresponde sólo a la seguridad.
Cuando estamos a la puerta de entrada nos dicen que nanai, que con la mochila no se puede entrar. Vaya hombre.! Esto se dice al principio. Preguntamos si hay algún lugar para dejar la pequeña mochila y nos dicen que no. No puede ser.!!
Volvemos al lugar donde hay los policías y preguntamos también si hay alguna consigna para dejar los bolsos. Nos dicen que se encuentran en donde se venden los tickets. Yo no me dí cuenta si habían consignas. Madre mía, si tenemos que volver al parquing y regresar, casi que nos cierran el Taj. ¿Que hacemos?
Unos chicos de las tiendas de recuerdos se ofrecen a guardarnos la mochila en la tienda, evidentemente, luego habrá que comprarles algo. Estamos tan desesperados que accedemos, sacamos la cartera y alguna otra cosa y dejamos la mochila. Si al regresar no está, tampoco perdemos gran cosa.
Volvemos a pasar por seguridad, nos vuelven a cachear y, ahora sí, directos al Taj Mahal.

Shah Jahan construyó este mausoleo en memoria de su tercera esposa, Mumtaz Mahal, que murió al alumbrar su decimocuarto hijo en 1631. El emperador quedó tan apenado que, se dice, su pelo se volvió blanco de la noche a la mañana.
Cruzamos la grandiosa puerta y entramos en el jardín con fuentes, al final el impresionante Taj Mahal.
 
Incluso con los minaretes en restauración, es un edificio imponente y bellísimo. En su construcción trabajaron unas 20.000 personas de la India, de Asia Central e incluso de Europa. Se dice que, una vez terminado el mausoleo, se cegaron los ojos y cortaron las manos a los especialistas que trabajaron en su construcción para nunca volvieran a crear una belleza igual.
 
La estructura central, de mármol blanco tiene tallas de motivos florales y citas del Corán. Piedras semipreciosas incrustadas, forman  diseños muy bonitos. Al subir las escaleras del edificio central hay que quitarse los zapatos.
 
En el interior del edificio se encuentran los cenotafios de Mumtaz Mahal y de Shah Jahan. Sus tumbas se encuentran justo debajo, en una sala subterránea que no puede verse. El interior decepciona un poco ya que prácticamente no hay nada, además, hay mucha gente y no puedes ni pararte un instante. 
 
Al oeste del edificio hay una mezquita de arenisca roja y al este, otro edificio idéntico que se construyó para mantener la simetría. 
Aunque hoy hemos tenido un día excelente, para no perder la costumbre, nos cae un buen chaparrón; por suerte, ha sido sólo esto, un chaparrón.
 
También, como en otros muchos lugares, la gente nos pide una foto y, aunque no soy de fotos, para no hacer un feo, accedo.
 
Desde cualquier ángulo, es igual de bonito. Con pena, nos alejamos de un edificio que el poeta Tagore describió como "una lágrima en la mejilla de la eternidad".

Nos dirigimos a la imponente puerta de entrada.
 
Y dejamos el hermoso recinto para ir en busca de nuestra mochila.
 
Entramos en la tienda y el chico nos saca la mochila. Buscamos algún recuerdo, aunque todos son una horterada, y le agradecemos su amabilidad.
Como hay un buen trecho hasta el parquing, cogemos unos coches eléctricos que van y vienen hasta la entrada. La circulación alrededor del Taj está prohibida. Se ha visto que el mármol se vuelve amarillo como consecuencia de la contaminación y, por este motivo, han puesto unos coches eléctricos.
 
Regresamos al hotel para descansar. Hoy ha sido un día muy bien aprovechado y estamos muy contentos. Aunque ha llovido, hemos tenido un día con sol y esto lo agradecemos a pesar del calor y la humedad que conlleva. También estamos contentos porque mañana dejamos el coche en el aeropuerto y, si no tenemos ningún contratiempo, lo dejaremos impecable. Crucemos los dedos.!!

VIERNES 29-7-2016

Nos hemos levantado felices. Hoy es nuestro último día de coche. Ayer contactamos con la compañía de alquiler para que vengan a recoger el coche en un hotel del aeropuerto.
Desayunamos y salimos de Agra, una ciudad imprescindible en cualquier ruta por la India.
 
Cogemos la autopista. El pavimento tiene, por suerte, unas condiciones aceptables. Hasta el último día nos acompaña la lluvia.
 
Al acercarnos a Delhi, vemos grandes edificios en construcción.
 
Pagamos un último peaje.

Llegamos al hotel donde hemos quedado para dejar el coche. En principio no podemos aparcar si no estamos alojados en el hotel pero, hablando con el de seguridad, nos permite aparcar el coche en un rincón. Cuando dejamos el coche, sentimos una sensación de alivio increíble. Después de tantos días conduciendo por un país, sin orden ni concierto, nos parece un milagro llegar hasta aquí sin haber tenido ningún contratiempo. Así que, entramos en  el hotel, comemos, y nos tomamos unas merecidas cervezas.

Estamos mucho tiempo esperando al que tiene que recoger el coche. Es media tarde y aún estamos en el hotel. Finalmente, un joven se identifica como empleado de la oficina de alquiler del coche, mira que el depósito este lleno, se lleva el coche y adiós. Nuestra felicidad se ha incrementado en cuestión de segundos.
Pedimos un taxi para que nos lleve al centro de Delhi, donde tenemos nuestro hotel, el Radisson Blue Marina en Connaught Place. El hotel se encuentra en un primer piso.
 
Las habitaciones están muy bien. El hotel es muy correcto.
 
El baño es un poco pequeño.
 
Dedicamos lo que queda de la tarde a dar una vuelta por los alrededores e intentar encontrar algún recuerdo para llevarnos a casa.

SABADO 30-7-2016

Hemos dormido muy bien. La tranquilidad de saber que hoy, ya no tenemos que conducir, nos hace despertar con buen humor, aunque el día ha amanecido un poco chungo. Después de desayunar, salimos hacia Chandni Chowk, la calle principal de la Vieja Delhi. Realmente, pasear por estas calles, no es demasiado diferente a la de cualquier otra "ciudad" de la India: calles estrechas, caos y suciedad. Nadie diría que estamos en la capital del país.
 
 
 
Llegamos a la mezquita de Jama Masjid. Es una de las mezquitas más grandes de la India y el principal centro de culto de los musulmanes de Delhi. Está situada frente al Fuerte Rojo en lo alto de una pequeña colina a la que se accede a través de unas escaleras.

Hay que pagar una entrada, quitarse los zapatos y las mujeres llevar un vestido de aquellos anchos. Yo siempre llevo un pañuelo grandioso que me tapa prácticamente todo el cuerpo. Tenemos un pequeño "rifi-rafe" ya que me niego a ponerme un vestido sucísimo y que huele a sudor, más aún, al ver que muchas mujeres entran sin ponerse nada de nada. Al final, me dejan entrar con mi pañuelo-sábana.
La mezquita fue construida por el emperador Shah Jahan entre los años 1644 y 1658. El patio central, de arenisca roja, tiene una capacidad  para 25.000 personas. El edificio tiene tres cúpulas de mármol blanco y negro decoradas con oro y dos alminares de 40 metros de alto.
 
 
Hay que tener cuidado ya que con el suelo mojado, los resbalones son constantes.
 
Volvemos a adentrarnos por las calles del Viejo Delhi, hasta llegar al Fuerte Rojo.
 
El Fuerte Rojo fue construido por Shah Jahan entre 1638 y 1648 para proteger su nueva capital, aunque nunca llegó a instalarse en ella, pues fue encarcelado en el fuerte de Agra por su hijo. La muralla tiene una longitud de 2,5 kilómetros de largo y una altura considerable.
 
Una vez pagada la entrada se accede por la Puerta de Lahore al Bazar Cubierto, Chatta Chowk, un buen lugar para comprar algún recuerdo.
 
Diversos edificios destinados a las mujeres, a los aposentos reales, a las audiencias...además de jardines y piscinas es lo que encontramos dentro del fuerte.
   
Recorremos un trecho de sus murallas para ver lo impresionantes que son. El Fuerte Rojo fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2007.
 
Cerca del Fuerte Rojo se encuentra un gran espacio ajardinado en donde hay unos monumentos conmemorativos que señalan los lugares donde fueron incinerados, Nehru, su hija, Indira Gandhi y los hijos de Indira, Sanjay (muerto en accidente de avión) y Rajiv (asesinado). Vamos bastante rápidos porque amenaza lluvia.
  
Un poco más lejos se encuentra el lugar donde fue incinerado Mahatma Gandhi, tras su asesinato en 1948, Raj Ghat. Una simple losa de mármol negra a orillas del río Yamuna, cubierta de flores y protegida por una llama eterna a la que llegamos por un pasadizo y sin zapatos en señal de respeto.
 
Salimos del memorial calados hasta los huesos, la lluvia no nos deja tranquilos ni un momento.

Regresamos al hotel, con semejante lluvia, no apetece nada pasear.

DOMINGO 31-7-2016

Hoy es nuestro último día en la India y aún tenemos que ver algunas cosas antes de marcharnos hacia el aeropuerto. Nuestro vuelo es nocturno y tenemos bastante  tiempo.
Lo primero que hacemos es ir hacia Gandhi Smriti. Para acercarnos hasta allí, cogemos el metro.
El metro de Nueva Delhi es moderno y limpio, y una buena opción para desplazarse. Al bajar las escaleras parece que entras en otro mundo distinto, muy diferente al caos y suciedad del exterior.

En las estaciones incluso hay normas. Es algo que sorprende y mucho.

Los viajes se compran por trayectos, no se puede comprar ida y vuelta ya que funcionan con una ficha que hay que devolver al final del viaje.
 
Desde donde nos deja el metro nos cuesta un poco encontrar el museo. Tenemos que caminar un poco pero, los monos que encontramos a nuestro paso, nos distraen y nos hacen reir.
 
Hay que ir con cuidado ya que, cuando preguntas alguien, por algún lugar determinado, intentan despistarte y llevarte a otro lugar más lejos con un autoricksaw que aparece de la nada. 
Esto es lo que nos ha ocurrido muchas veces en Delhi. Al preguntar por el museo, nos dicen que está cerrado y casi al momento, tenemos un autoricksaw a nuestro lado persiguiéndonos. Si subimos al ricksaw, el hombre al que hemos preguntado, se lleva una pequeña comisión por captar un cliente.
Finalmente, después de caminar bastante,  podemos encontrar el museo y, efectivamente, vemos que está abierto. Al darnos la vuelta, el rickshaw ya no estaba.
Gandhi Smriti es un monumento conmemorativo que muestra el lugar donde Gandhi fue asesinado el 30 de enero de 1948.

Hay un camino con huellas de cemento que simbolizan los pasos que dió Gandhi antes de  caer y fallecer, lugar que lo han representado con un templete.
  
Mahatma pasó sus últimos 144 días la casa adyacente, donde se conservan las habitaciones como él las dejó. También se conservan el bastón, sus gafas, una rueca y un par de sandalias.
 
En el museo se pueden ver muchísimas fotos.
 
Como también dioramas con escenas de su vida.
  
Los jardines son bonitos y también se pueden ver fotografías, murales o monumentos todo referenciado al ilustre personaje.
  
Un lugar interesante pero no podemos entretenernos más. Continuamos hacia el Jardín Lodi. En este parque se encuentran esparcidas las tumbas de Mohammed Shah, la tumba de Sikander Lodi, Sheesh Gumbad y Bara Gumbad, edificios de la dinastía afgana del siglo XV.
  
Es un lugar muy bucólico. Los edificios, algunos en ruinas, otros perfectamente conservados, esparcidos por este cuidado parque, lo hace muy especial. Lástima que el día no es, precisamente, soleado.
 
Precioso lugar el Jardín Lodi. Continuamos nuestra ruta hacia la Tumba de Humayun.
Humayun fue el segundo emperador mogol en la India. Su mausoleo fue mandado construir, a mediados del s.XVI, por su esposa principal, oriunda de Persia.
 
Además de la tumba principal del emperador, hay otras tumbas y mezquitas. El recinto está muy bien y los edificios muy bien conservados. La Tumba de Humayun fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1993.
 
 
La Tumba de Humayun es espectacular por su grandeza y por la mezcla de estilos persa y mongol. Se dice que influyó de manera notable sobre el Taj Mahal.
Volvemos a coger el tren y nos dirigimos hacia el Templo de Loto, situado al sur de Nueva Delhi. Es el principal templo de la fe Bahai, la más reciente dentro de las religiones independientes del mundo. Su fundador  Baháú´lláh propugna una sociedad universal en la que no hay razas, clases, credos ni naciones.  Se considera a la humanidad como una gran familia y la tierra como la casa de ella.
En la construcción del templo fueron precisos mármol, cemento y arena. Tiene forma de flor de loto blanca semiabierta. Se terminó en 1986 y ha ganado muchos premios de arquitectura.
 
El templo está rodeado de jardines muy cuidados en los que es una delicia el paseo pero, una vez hay que entrar en el templo se organizan unas colas muy importantes.

A medio camino te dan una bolsa para meter los zapatos. Con tanta cola y todos con la misma bolsa parece que salimos del super.
 
Hay que entrar en fila "india" en un orden rigurosísimo y en silencio. En el momento en que sales un paso de la cola para tomar alguna foto, los seguratas te llaman inmediatamente la atención.
 
Hay estanques y puentes pero, como lo tienes que ver de lejos, tampoco lo disfrutas demasiado.
 
El interior es un sencillo espacio abierto con capacidad para 2.500 personas. No se puede hacer fotos.
Sinceramente, lo mejor del templo es el exterior. No se si vale la pena hacer la cola que hemos hecho con muchísimo calor, además del tiempo de espera, para ir como borreguitos, uno tras otro sin apenas poder hablar. Bueno, ya esta visto.!
Volvemos a coger el tren y nos vamos hacia la Puerta de la India. Se construyó en memoria de los soldados hindúes muertos en diferentes conflictos: guerras afganas, Primera Guerra Mundial, guerra indo-pakistaní...

La Puerta de la India marca nuestro punto y final de nuestro viaje por este país.
Volvemos a nuestro hotel, situado en Connaught Place para recoger las maletas, pasar por debajo de columnas de estilo colonial y volver a coger el metro hasta el aeropuerto.
 
El metro es la opción más aconsejable para ir hacia el aeropuerto. Moderno, limpio y eficaz.

Estamos contentos y felices de estar en el aeropuerto, rumbo a casa.

Embarcamos en un avión de la compañía Lufthansa en un vuelo nocturno  y llegamos a Munich sin ningún contratiempo. A las 9:00 de la mañana volvemos a embarcar hacia Barcelona, terminando nuestras vacaciones y peripecias por la India.

CONCLUSIONES DEL VIAJE

-Hay que decir que nuestro viaje por la India ha sido bastante atípico, con lo cual las conclusiones que se derivan, están en función de ello.


CONDUCCIÓN



-En primer lugar, no hay muchas compañías de alquiler de coches para poder escoger. Casi todas, te endosan el conductor. Nosotros conseguimos alquilar el coche pero, al llegar allí, tuvimos la sorpresa que ni la compañía ni el coche era lo que reservamos. Compañía diferente y coche mucho más pequeño del que reservamos. No hubo manera de que nos cambiasen el coche.

-Las carreteras en la India no es que sean malas, es que son horrorosas. En ningún país de los que hemos estado, hemos encontrado unas carreteras tan malas.
-Todas las carreteras están en obras aunque no se vé ningún obrero trabajando. No hay señales, no sabes si pasar por arriba o por abajo, por la derecha o por la izquierda. Tú mismo, todo vale, como mucho tendrás que retroceder porque la carretera queda cortada.
-No hay prácticamente indicaciones. Las señales de tráfico y los semáforos son inexistentes, salvo en las grandes ciudades ... en las que alguna señal, después de mucho mirar,  encuentras. 
-El hecho de que las carreteras estén en un estado tan lamentable, ha ocasionado que no pudiéramos cumplir, prácticamente, ningún promedio de los que teníamos previsto. En muchas carreteras no podíamos pasar de 10-15 km la hora, durante kilómetros y kilómetros.
Al cabo de unos días, al horario previsto de llegada, le sumábamos tres veces más y, en alguna ocasión, incluso nos venía justo.
-Los indios son unos auténticos temerarios a la hora de conducir. Tener que salir de la carretera porque viene un coche de frente y que acaba situándose en su carril unos metros antes de chocar, es algo que te quita el aliento. Si en lugar de un coche, es un camión, te quedas sin respiración. 
-Apártate rápido si por el retrovisor viene un autobús, porque si no te apartas tú, te aparta el.
-En cuanto oscurece, puedes encontrarte con coches sin luz, la mayoría, o con las luces largas, con lo cual, pasas de no ver nada, a deslumbrarte y tampoco ver nada y, si  a eso le sumas una carretera sin asfaltar, con piedras y polvo, lluvia y un caos circulatorio infernal, que es lo que nos pasó en la entrada a Varanasi, cuando dejas el coche, casi besas el suelo.
-Además de todos estos contratiempos, no hay que olvidar los animales varios que te encuentras: vacas, cerdos, cabras, perros, monos, camellos, elefantes....que hay que ir sorteando mientras conduces.
- Lo que saben hacer mejor que nadie los conductores indios, es tocar el claxon y, además, de forma magistral. Hay que aprender de ellos.
-Conclusión: a no ser que os apetezca mucho tener esta experiencia, mi consejo es que os olvidéis de alquilar coche.

CLIMA


-En julio, mes que hemos estado nosotros, hemos tenido un clima malo, más bien diría que muy malo. Los monzones nos han castigado diariamente. Lluvias torrenciales, inundaciones, desprendimientos de tierra y, una vez, hasta una tormenta de arena. No es un mes muy aconsejable. Los hoteles estaban vacíos y muchas zonas turísticas funcionaban a medio gas. 


-Cuando salía el sol, la temperatura se ponía por las nubes y el calor era intenso.


PAÍS EN GENERAL Y SU GENTE


- Es un país muy pobre, demasiado pobre, hemos llegado a ver gente totalmente desnuda por la calle y esto duele y, la verdad, no entiendo a la gente que ha estado en la India, y aún te puede decir que son felices. ¿Como se puede ser feliz durmiendo al raso, sin nada, con una prole hambrienta y sin ningún indicio que la situación mejore?

-La suciedad es algo que no pasa desapercibido. Hay montones de basura en la calle y no hay sistema de alcantarillado, sólo unos pequeños canales abiertos en la calle es lo que se lleva los residuos. 
-Puedo decir que en ningún país de los que he visto, me he sentido tan pequeña, tan poca cosa y, a menudo despreciada, por el simple hecho de ser mujer. Mientras a Cesc le abrían la puerta, a mí, me daban un portazo, mientras a él le acercaban la silla, yo daba trompazos para acercarme a la mesa. Empezar una conversación en la recepción del hotel o en un restaurante para pedir la comida y, literalmente, darme la espalda y continuar la conversación con Cesc. A veces daba la sensación que era sólo un mueble. No es que esto me importe, ni mucho menos, al final nos reíamos de las situaciones, pero me hace entender la posición que ocupa  la mujer en la India. Entiendo porque ellas van al pozo con grandes tinajas sobre sus cabezas para traer agua a casa, como trabajan los campos,  como cargan la leña sobre sus espaldas, venden en los mercados y cuidan de sus hijos mientras los hombres ven pasar el día bajo un árbol charlando con un té entre manos. Un país terriblemente machista. Ser mujer en la India, no es cosa sencilla.
-Nos han pedido dinero sólo por solicitar información de una carretera, monumento o cualquier otra cosa. Perdón?. 
-Nos han aumentado el precio en un tuc-tuc, aunque estaba pactado de antemano, porque había hecho unos metros más. Perdón?.
-En cuanto a la famosa espiritualidad india, siento decir que, al menos yo, no la he encontrado. Varanasi...el clímax de la espiritualidad, según he leído un montón de veces; bueno, sinceramente, no creo que sea así. Para mi, el hecho de que los hindúes prefieran la incineración al enterramiento,  a tirar las cenizas al Ganges y no dejarlas en urnas, a beber y  lavarse en aguas de un río extremadamente contaminado...entre otras muchas cosas, obedece simplemente a un hecho cultural y religioso. Tampoco entiendo que los americanos tengan que hacer un ágape cuando un familiar muere y tú estás hecho polvo. Puede que sea yo que no alcance a entender estas cosas.
-Entiendo que su filosofía de vida impida matar cualquier animal, en esto, soy la primera en estar de acuerdo pero, ¿se puede machacar a un animal hasta casi dejarlo desahuciado? Parece un poco incongruente.

En fín, que muchos mitos se me han desmontado. Y ahora podéis preguntarme 

¿Te ha gustado algo de la India?. Pues sí, creo que tiene un patrimonio histórico y cultural impresionante. Sus templos, fuertes, palacios o tumbas monumentales aunque en ocasiones estén en un estado casi ruinoso, son realmente sensacionales y esto, ya es un motivo para visitar el país. 
Todo este patrimonio nos ha encantado y ha hecho que todas las peripecias ocurridas en este singular país, pasen a ser anécdotas, más o menos divertidas que, gracias a Dios podemos contar y que nunca olvidaremos.