miércoles, 8 de mayo de 2013

ESCAPADA AL CASTILLO DE NEUSCHWANSTEIN


Un fin de semana para hacer muchas cosas. No se si lo lograremos pero la intención es esta: de Memmingen hacia Ulm, Augsburgo, Santuario "der Wies" y, por último, la joya del viaje, el castillo de Neuschwanstein.
En total no más de 350 km pero bastantes cosas a ver:




VIERNES, 21-8-2009

Como de costumbre, Ryanair es la compañía utilizada para viajar. En esta ocasión nos lleva de Girona hasta el aeropuerto de Memmingen (Alemania).
Hemos llegado al mediodia y, para no perder demasiado tiempo, en el mismo aeropuerto nos comemos los bocatas que preparamos en casa.  Sólo hemos comprado la bebida y, en un plis plas, lo tenemos todo listo.
Después nos vamos al mostrador de Avis para recoger el coche  y tener más movilidad para recorrer las ciudades. Nos dan un Mercedes pequeñito y, una vez todos dentro, nos vamos hacia Memmingen ciudad y hacer una breve parada en nuestro camino hacia Ulm. No tiene demasiado encanto pero, ya que estamos, aprovechamos para sacar alguna foto. La Plaza del Mercado es la plaza principal de la ciudad y está rodeada por edificios de diferentes épocas. El Ayuntamiento de 1589 y de estilo renacentista domina la plaza.
 
A su lado se encuentra el Steuerhaus, edifíciode arcadas cuya función era  la recaudación de impuestos.

Muy cerca encontramos la Martinskirche, basílica del siglo XV y la torre del reloj.

Queremos llegar temprano a Ulm  y no podemos entretenernos demasiado. Dejamos atrás la sosa ciudad de Memmingen.
En la Edad Media se decía que el dinero de Ulm gobernaba el mundo. Hoy sólo queda la catedral para dar testimonio de la grandeza de esta ciudad a orillas del Danubio, muy importante durante los siglos XIV y XV. La unificación alemana le devolvió parte de su perdido prestigio. Es famosa también por tener un hijo ilustre, el gran físico Albert Einstein.
Después de dejar las maletas en el hotel, nos vamos hacia la catedral, una de las obras maestras de la arquitectura gótica alemana, superada en tamaño sólo por la catedral de Colonia. El exterior de la catedral está dominada por una colosal torre de 161 metros, siendo la torre de piedra más alta del mundo.
 
El interior tiene unas espléndidas vidrieras

y una sillería sensacional.

Callejeamos por la ciudad hasta el Fischerviertel, el barrio de los pescadores. Es una zona muy bonita de calles adoquinadas, casas entramadas y pequeños canales.




Una casa a destacar es la Schiefes Haus del 1500 aproximadamente y transformada ahora en un coqueto hotel.

En la Markplatz nos tomamos unas cervecitas mientras esperamos la hora de encontrarnos con el resto de la family para ir a cenar. En la plaza hay una bonita fuente, llamada Fischkasten y el no menos bonito ayuntamiento de 1420 con su fachada decorada con frescos
 
 

 
Una vez todos reunidos nos vamos a cenar y nos retiramos al hotel.
 

SABADO, 22-8-2009

Después del desayuno nos despedimos de Ulm y ponemos rumbo a Augsburg: importante ciudad, especialmente en el ámbito económico durante el siglo XVI, con notables banqueros y mecenas como los Fugger y los Welser.
Como siempre, primera parada, el hotel. La situación de hotel City Hotel Ost am Kö es fantástica. Sin lujos pero funcional, como a mi me gustan.
 

 
Quedamos en una hora para comer y las niñas se van por las suyas y nosotros por las nuestras.
Mapa en mano, vamos primero hacia la catedral, por ser el primer lugar que cierran más pronto.

No tiene nada que ver exteriormente con la catedral de Ulm, pero el interior tiene también una bonita sillería y las vidrieras más antiguas de Alemania.



 
Al salir de la catedral nos encontramos, sin querer, con el resto de la familia y, en un tono socarrón y con risas, nos preguntan que dirección tomaremos, que ellas irán en sentido contrario.
Caminamos por la ciudad con temor a la lluvia ya que el día no acompaña nada y, estamos casi seguros que acabaremos con el paraguas en alto.
Continuamos hacia la iglesia de Santa Anna, en la que encontramos una manera un poco extraña de solicitar limosna para la reconstrucción de la iglesia. Es que aquí son muy modernos y ya no van con moneditas, sino con tarjeta de crédito. Quedamos alucinados
 
Por el camino nos encontramos a tres simpáticos sacerdotes a los que les preguntamos a cual de ellos se le ha ocurrido la brillante idea del tarjetero de la iglesia, pero para no quedar en evidencia se hacen los sordos y no tienen ninguna respuesta para nosotros.
 
Al pasar por delante de la plaza del ayuntamiento, vemos la imponente fachada y la torre románica de 70 m, construida en 1618, que se alza sobre la fachada de la pequeña iglesia de St. Peter.
  
y....a pesar de que el tiempo no acompaña nada, se esta celebrando una competición de voleiball

Paseamos por la Maximilianstrasse, una ancha calle central con fuentes y palacios. Es una de las calles más elegantes...
 
...hasta llegar a la iglesia de St. Ulrich und Afra
 
 
Llegamos hasta la imponente puerta de la ciudad de 1546.

La tarde la dedicamos a visitar el Fuggerei: un conjunto de 53 casitas, construidas entre 1519 y 1525 por mandato del banquero Jacob Fugger para albergar a los pobres de la ciudad
 
 
Todavía hoy viven en él personas de no mucha solvencia económica, que pagan un canon anual simbólico de 1 Gulden –menos de un euro- y tienen la obligación moral de rezar por los fundadores.

Como en los tiempos antiguos, las tres puertas de esta pequeña ciudad se cierran desde las 10 de la noche hasta las 5 de la mañana y todavía se mantienen las multas,de menos de un euro, para los transgresores y rezagados. Las casitas son muy pequeñitas.
 
 
 
Esta pequeña “ciudad” nos ha gustado mucho y esperamos que las niñas no se la pierdan. Les llamamos a los móviles pero… “no hay nadie en casa”…por suerte, las vemos justo cuando nosotros salimos. Nos hubiera sabido mal que se hubieran perdido esta pequeña joya.
Bastante cansados de tanto caminar y, siendo ya un poco tarde, nos vamos a cenar.
Acabamos de dar la última vuelta por la ciudad que, poco a poco, se va convirtiendo en vacía y solitaria.
 

DOMINGO, 23-8-2009

Hoy dedicaremos el día a visitar Neuschwanstein. Aunque nosotros ya visitamos el castillo hace algunos años, tanto mi hija como su amiga no, y a ambas les hace mucha ilusión. Lo aprovecharé al máximo ya que las fotos que tenemos de él están en diapositiva y tengo muchas ganas de poner esta foto de fondo de pantalla en el ordenador.
Primeramente, pasaremos a visitar el Santuario “der Wies” a 27 kilómetros de Füssen. El santuario, está declarado por la Unesco, patrimonio de la humanidad en 1983
 
El interior, de estilo rococó, es muy luminoso por la decoración en blanco y oro y muy recargado como corresponde a este estilo.
Imagen de Wikipedia










Por ser tan recargado no es de nuestro gusto pero el santuario se encuentra en un privilegiado lugar y el exterior en blanco, amarillo y rosado destaca mucho entre el verde de los campos.
Es domingo y todos los feligreses lucen sus mejores galas

Hace bastante fresquete, no nos entretenemos demasiado, damos una vuelta por el par de tiendas que hay alrededor y nos vamos directamente al parquing para recoger el coche. Hay   muchas ganas de llegar a Neuschwanstein.

Antes de llegar, Cesc hace un par de paradas en el arcén para que nosotras podamos tomar algunas fotos ya que el paisaje es de película.

 
Nos vamos acercando y, a lo lejos ya empezamos a divisar su silueta.

Desde luego, el castillo es imponente desde cualquier ángulo. Todo ha cambiado mucho desde la última vez en que Cesc y yo estuvimos. Todo está perfectamente organizado. Lo que no ha cambiado son las colas para coger las entrada.
 
Se pueden visitar los dos castillos Hohenschwangau y Neuschwanstein pero no hay tiempo para ambos, así que las niñas como es natural prefieren la segunda opción. La entrada son 9€ y los menores de 18 años gratis. Los tiquets se dan con hora.
Hay tres opciones para subir al castillo: con calesa, en bus, o a patita. Como la primera vez subimos a pié y la subida es bastante cansada, esta vez optamos por el bus, que además te deja en un puente desde dónde se obtienen unas vistas fantásticas del castillo. En media hora y también previa cola subimos al autobús que nos deja cerca del puente de Marienbrucke, desde donde pienso tomar un montón de fotos del castillo.
El corazón empieza a latir, ya se ve el puente, las niñas empiezan a correr para ver quién será la primera en ver el castillo. En segundos veo a mi hija volver sobre sus pasos con cara tristona.

-¿qué pasa?
-Míralo tú misma...

Vaya mala pata, toda la parte exterior del castillo que da al puente, está cubierta de andamios. Como toda Alemania, está en obras. Que desilusión!!!
Aunque sea con andamios, yo a lo mío: foto a la derecha y foto a la izquierda.

Desde arriba hay también unas bonitas vistas del castillo de Hohenschwangau: desde este castillo, el rey Luis II de Baviera, seguía con unos prismáticos los trabajos de construcción de Neuschwanstein.
 
Desde la parada del autobus hay un buen trecho hasta llegar al castillo pero mientras vas acercándote, poco a poco, se va divisando las diversas partes del magnifico edificio
 

Al llegar, todo está también perfectamente organizado, como era de suponer. Diversos plafones indican la hora que está entrando a la visita.

Aún nos queda algo de tiempo y damos alguna vuelta para tomar fotos.
 
 
Luego me pongo en la escalera y voy mirando cómo entra la gente. Ha entrado un grupito de gente, todas validan la entrada y la puerta se abre, pero algunas se quieren colar por debajo:

no puedo dejar de reir, cuando una de las mujeres se queda atrancada y tienen que empujarla para salir del atolladero


-Señora!!! Que ya no tiene edad para esas cosas...jeje

Al cabo de un rato nos toca a nosotros y, con orden vamos entrando.

La visita es con audioguia. El castillo fue construido por orden de Luis II de Baviera, apodado el rey excéntrico, el rey romántico, el rey atormentado....el rey loco.Su carácter introvertido, soñador y su homosexualidad le convirtieron en un rey solitario que construyó un mundo a su medida, un mundo irreal que cobró forma en espectaculares castillos como Neuschwanstein, en donde buscaba refugio.Su aislamiento fue aumentando con el tiempo y olvidó su oficio de rey refugiándose en su mundo onírico. Fue declarado demente e imposibilitado para las tareas de gobierno. Le internaron en el castillo de Berg para someterlo a tratamiento. Tres días después de ser recluido, el rey murió ahogado en el lago Starnberg.

La versión oficial de su muerte fue la del suicidio pero el rey era un gran nadador, por este motivo su muerte está envuelta de un halo de misterio.
En su momento, Luis vació las arcas bávaras en la construcción de sus palacios, pero su herencia ha reportado enormes beneficios. Su castillo de hadas, situado en un paraje excepcional, es uno de los principales destinos turísticos de Alemania
La decoración interior refleja a la perfección el carácter solitario, fantasioso y melómano de un rey (era un apasionado de Wagner) que quiso construirse un mundo a su medida y que acabó siendo incapacitado, derrocado por el gobierno y muerto en extrañas circunstancias.
Como no se pueden tomar fotos dentro del castillo la visita no se hace muy larga y, al salir, aprovechamos otra vez para tomar las últimas instantáneas.

Es un castillo realmente precioso, de cuento de hadas; no me extraña que Walt Disney quedara estupefacto y lo copiara para recrear su castillo de la Bella Durmiente.

Se nos hace la hora de comer y, al bajar, en uno de los numerosos establecimientos hacemos un alto para llenar el estómago. Despues de la comida hacemos las ultimas fotos.

Luego volvemos al parquing para recoger el coche y devolverlo al aeropuerto. Lo dejamos en una zona diferente a la que nos toca, pero es que está todo a tope y no hay ninguna plaza. Esperemos que no tengan problema para encontrar el coche. De todos modos al dejar la llave en el buzón lo dejamos con una nota, no sea que se piensen que nos hemos fugado con el coche.
Vamos a tomarnos unas cervecitas mientras esperamos, en el pequeño aeropuerto de Memmingen, que salga nuestro vuelo dirección Girona y terminar así este completo y apretado fin de semana.
 

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