En nuestra última escapada del mes de marzo, estuvimos en Burdeos. De todo lo que vimos en este corto fin de semana, destacamos un fenómeno geomorfológico digno de hacer un post.
No hace falta irse a un desierto para contemplar la belleza de las dunas. Muy cerca de nosotros tenemos la espectacular duna de Pilat, la duna más alta de Europa.
Se encuentra a poco más de 60 km de Burdeos y es una excursión que os recomiendo encarecidamente, especialmente si vais en coche propio.
Sus dimensiones son enormes: 500 metros de ancho, 2,7 kilómetros de largo y hasta 110 metros de alto.
La duna está en continuo movimiento, es una duna "viva", cada año avanza entre uno y cinco metros y engulle todo lo que encuentra a su paso: carreteras, casas, fortificaciones de hormigón construidas durante la Segunda Guerra Mundial, e incluso bosques de pinos. No hay nada que pueda parar a estos 60 millones cúbicos de arena finísima en continuo avance.