2019 no fue un buen año en cuanto a viajes realizados debido a causas familiares. Mi padre falleció y todo cambió. No podíamos hacer un viaje largo ya que mi madre no quería coger ningún avión . Así que tuvimos que improvisar un poco para hacer, al menos, una escapada.
Casi de casualidad, vimos una buena oferta en barco con la naviera Grimaldi Lines de Barcelona a Roma, una muy buena oferta, así que, sin pensarlo demasiado, cogemos tres billetes de adultos, coche y perro. La intención es hacer un recorrido por el sur de Italia, concretamente los Abruzos, Apulia, Basilicata, Molise y la Campania aunque sea a vista de pájaro.
La ruta quedó de la siguiente manera:
11-Julio (jueves)-2019: Embarque en Barcelona a les 23:00 horas.
12-Julio (viernes)-2019: trayecto en ferry hasta Civitavechia.
13-Julio (sábado)-2019: Civitavecchia-Tivoli (Villa Adriana)-Barrea.
14-Julio (domingo)-2019: Barrea--Pescoconstanzo-Isernia-Área arqueológica de Sepino. Termoli.
15-Julio (lunes)-2019: Termoli-Peschici-Vieste-Monte San' Angelo-Santuario de San Michele-Trani.
16-Julio (martes)-2019:Trani-Castel del Monte-Conversano-Polignano a Mare-Monopoli-Alberobello.
17-Julio (miercoles)-2019: Alberobello-Martina Franca-Ostuni-Brindisi-Lecce.
18- Julio (jueves)-2019:Lecce-Grotta de la Poesia-Otranto-Tarento.
19 Julio (viernes)-2019: Tarento-Massafra-Matera.
20 Julio (sábado)-2019: Matera-Pietrapertosa-Castelmezzano-Paestum.
21 Julio (domingo)-2019: Paestum-Salerno-Amalfi-Salerno.
22 Julio (lunes)-2019: Salerno-Costa Amalfitana-Salerno.
23 Julio (martes)-2019: Salerno-Herculano-Pompeya- Napoles.
24 Julio (miercoles): Nápoles.
25 Julio (jueves)-2019: Nápoles-Cuma-Roma
26 Julio (viernes)-2019: Roma.
27 Julio (sábado)-2019: Roma-Ostia Antica-Cerveteri-Civitavechia
28 Julio (domingo)-2019: Llegada a Barcelona.
Los billetes los compramos a través de internet en la misma web de la naviera Grimaldi Lines, y como os he comentado, a un precio super bien: 398€, ida y vuelta, tres personas, coche, perro, camarote exterior, desayunos y almuerzos.
Al viajar a Italia, sólo necesitamos los DNI, los papeles del coche en regla y el pasaporte perruno de Tina, el llamado PET.
El viaje también suponía una especie de "reto" ya que viajamos con una persona de 84 años y también con una perrita que no sabíamos como se comportaría en el barco, en los hoteles y en el coche asumiendo muchos kilómetros. Con un montón de preguntas sin resolver, llego el día esperado.
11-JULIO-2019
Ayer ya pusimos cosas dentro del maletero del coche y, lo que queda, lo acabo de poner yo esta tarde. Cuatro maletas, ya que Tina también cuenta, y mucha ilusión. Tenemos que recoger a Cesc en el trabajo y, una vez estamos los cuatro dentro del coche, nos vamos hacia el puerto de Barcelona.
Antes de embarcar, cenamos unos bocadillos y directos hasta el muelle de Grimaldi Lines. El barco sale a las 23:00 y hay que estar dos horas antes.
Nos hacen dejar el coche en el aparcamiento, en el que hay muchísimos coches y nos vamos a la terminal a realizar el check-in. Hay un poco de cola pero no tanta como me imaginaba. Presentamos toda la documentación y nos dan la llave electrónica de nuestro camarote, en total, cinco llaves.
Los coches ya empiezan a entrar en la bodega del barco. Solo permiten entrar al conductor y Cesc tiene que quedarse para entrar el coche. Los demás pasajeros tenemos que subir al barco a través de la terminal. Hemos quedado que nos encontraríamos en el mostrador de recepción del barco.
Cogemos las bolsas con lo necesario para la travesía ya que, una vez dejado el coche en la bodega, ya no es posible coger nada y, mi madre, Tina y yo, subimos a bordo.
El ferry es un barco grande, tiene 63.000 toneladas brutas y una capacidad, según nos dice Grimaldi, de 2500 pasajeros y una bodega de 1000 turismos.
Ciertamente, al entrar en el barco, vemos espacios muy amplios.El ferry está bien conservado y los espacios comunes están bien. La verdad es que tenia un poco de miedo ya que había leído críticas bastante negativas y, la primera impresión, ha sido buena.
Subimos hasta la cubierta 9 que es la cubierta en donde se encuentran los 16 camarotes en los cuales se permiten animales. No es que sean camarotes diferentes a los demás, simplemente, en estos, puedes alojarte con tu mascota. En el momento de reservar hay que escoger la opción "camarote uso exclusivo animales permitidos", disponible tanto en camarote interior como exterior. El precio de la mascota de menos de 6 kg nos ha costado 15 € pero, este precio puede variar un poco en función de la ruta y la temporada.
Mientras vamos subiendo por las escaleras, nos encontramos a Cesc y todos nos encaminamos hacia el camarote.
La llave electrónica es un simple cartón ni tan siquiera plastificado que, por más que intentamos abrir la puerta, nos es imposible. Probamos con otra, será por llaves!!! tenemos cinco.
El camarote es sencillo pero correcto. Hay dos camas adosadas a las paredes y separadas por una mesita. Como es un camarote para cuatro, tenemos, además, dos literas. Hay un armario bastante grande y un pequeño tocador.
El lavabo es muy pequeñito y un poco viejo.
Lo más importante es que, tanto toallas como sábanas, están limpias y sin manchas, que es lo primero en que me fijo. Aquí pasaremos la noche. Me pillo la litera, esperemos que no tengamos "samba" durante la noche ya que no hay barandilla en la litera y una caída, nos fastidiaría el viaje.
Una vez instalados, nos vamos a explorar el barco.
El barco cuenta con un restaurante a la carta, un self service, una hamburgueseria y varios bares. Si hay intención de hacer alguna comida a bordo, lo mejor es reservarlo por internet ya que, si no se hace así, sale bastante más caro.
También cuenta con heladería.
Varias tiendas.
Entretenimiento para niños.
Además de casino, gimnasio, piscina...y grandes espacios para pasear.
El problema es que estos espacios, por la noche, quedan ocupados por los pasajeros que tienen billete básico, es decir, que no han pagado ni camarote, ni butacas. Entonces los sofás que hay en estos pasillos siempre están llenos de bolsas y maletas para reservar el espacio o simplemente ocupados por dos personas durmiendo a sus anchas.
El barco ha salido casi puntual, sólo con media hora de retraso. Teniendo en cuenta que había leído que siempre salía con mucho retraso, creo que nosotros hemos tenido mucha suerte. Vemos la salida del puerto de Barcelona y luego nos vamos a nuestro camarote.
12-JULIO-20119
La noche ha sido muy plácida. El barco apenas se ha movido. Estamos en la cubierta 9, la cubierta perruna, creo que esta cubierta está llena ya que nos encontramos con bastantes perros. Es una suerte que puedas viajar con tu mascota en el camarote ya que dejarla en jaulas, aunque esten habilitadas, los perros lo pasan muy mal, incluso algunos han muerto. Tina es muy pequeña de tamaño y siempre intenta refugiarse entre nosotros. Lo primero que hacemos es sacarla a pasear. Es difícil para ella hacer sus necesidades en un lugar tan extraño, pero es lo que hay. Además el suelo del barco arde y esto es otro impedimento. El suelo está tan caliente que los perros levantan sus patas en unos movimientos como si "bailasen". Los dueños quedan extrañados hasta que les hago notar lo caliente que está poniendo mi mano sobre la cubierta. Realmente no puedes aguantar demasiado con la mano en el suelo.
Después del rápido paseo nos vamos a desayunar. Compramos en la misma web de Grimaldi los desayunos y los almuerzos ya que sale mucho más a cuenta que pagarlo a bordo.
Hay dos tipos de desayuno: el "standard" de 3,5 € y el "business" de 5 €. La diferencia no es mucha ya que en ambos hay café, café con leche o té, un zumo y, a escoger, un croasant o dos panecillos con mermelada y mantequilla. En el de 5 € hay también una botella de agua de medio litro y, no me acuerdo si el zumo era natural. Nosotros nos quedamos con el desayuno standard.
La pega es que, con Tina, no podemos entrar en el restaurante y tenemos que hacer turnos.
Sobre las 11:45 llegamos a Porto Torres, en Cerdeña. Aquí, el barco hace una parada para desembarcar y embarcar tanto pasajeros, como automobiles y camiones.
Es alucinante ver como pueden "aparcar" un barco de estas dimensiones. Es un buen espectáculo que vemos en primera línea.
Una vez abiertos los portones de la bodega, empiezan a salir los enormes camiones y también los coches.
El proceso es relativamente rápido y, seguidamente, entran los vehículos que están haciendo cola en Porto Torres.
Una vez todos dentro, continuamos hacia Civitavecchia.
El almuerzo es temprano, de 12:30 a 14:00. Volvemos al restaurante self service. Tenemos un menú business que consta de una ensalada, un plato de pasta, a elegir entre tres y un segundo, postre, fruta y la bebida. Realmente es un menú completo.
La tarde cuesta un muchísimo de pasar, las horas se hacen muy largas. Al llevar perro, sólo puedes pasear por las cubiertas externas y no puedes, en principio, quedarte a tomar algo en algún bar.
Después de comer nos vamos al bar de la piscina. Por suerte, el día es fantástico y se está de maravilla.
Pero claro, la tarde se hace muy larga y volvemos al interior del barco para estirar un poco las piernas y disfrutar del aire acondicionado ya que, en el exterior, hace mucho calor.
Entramos en uno de los salones, casi vacio ya que la gente se encuentra disfrutando del sol en la piscina, con Tina en brazos, y nos quedamos en un rincón, alejados de la poca gente que hay. Tina ni se ve ya que la tengo sentada sobre mis piernas. Peroooo....se ve que hemos molestado a un italiano, el cual, muy enfurecido, se acuerda de toda nuestra familia y, además, se levanta para pedirle al camarero que nos eche del salón. Y así ocurre, el camarero, casi disculpándose, ya que no molestábamos a nadie y además vamos con una persona muy mayor, nos pide que salgamos. Me dirijo hacia el y le contesto que no hace falta ser tan maleducado para pedir que nos fuéramos si tanto le molestaba un perrito de no más de tres quilos, durmiendo sobre mis piernas y en un rincón. Cesc ayuda a mi madre a levantarse y nos vamos al camarote. Aquí estamos hasta que, dos horas antes de llegar a puerto, hacia las 20:00, comunican por megafonía que hay que dejar el camarote ya que tienen que limpiarlo para los nuevos pasajeros. Ponemos las pertenencias dentro de las bolsas y otra vez a buscar un lugar para quedarnos.
Mi madre está cansada y optamos por meternos en una sala en la que sólo hay camioneros. No se puede casi respirar del humo que hay pero aquí nos quedamos. Es una sala no muy grande, con sofás de color rojo muy, muy sucios. Realmente es alucinante la mugre que tienen estos sofás, menos mal que vamos todos con pantalón largo. Entre el humo y la suciedad, no creo que entre demasiada gente.
Poco antes de las 22:00 la gente se dirige hacia las entradas de las bodegas y, cuando abren las puertas, todos hacia abajo. Nos cuesta un montón encontrar nuestro coche porque hemos entrado por una puerta diferente. No hay nadie para preguntar y cuesta respirar aquí dentro. Por fin encontramos el coche y la salida es un auténtico caos. Los coches en marcha atrás por dentro del barco. Unos hacia delante, otros hacia atrás...en fín, hemos llegado a Italia.
Respiramos aliviados cuando salimos del barco. Por suerte, tenemos el apartamento muy cerca. El Dorshaouse está en Civitavecchia. Llamamos al propietario y en cinco minutos llega. Nos indica donde podemos dejar el coche y nos acompaña al apartamento.
El apartamento es muy acogedor; tiene una habitación independiente y un sofá cama.
En la pequeña cocina, no falta ningún detalle.
En fin, un apartamento muy bonito.
Justo debajo del piso hay dos pizzerias y, como no, empezamos nuestra cena en Italia con unas buenísimas pizzas.
13-JULIO-2019
Hemos dormido muy bien, las camas muy cómodas. Desayunamos y nos ponemos en marcha. Hace mucho calor, nos espera un día duro.
Aunque Roma la visitaremos al final del viaje, nos desplazamos un poco para ver las catacumbas de Priscila ya que quedan al norte de la ciudad. Aunque no son las más turísticas de Roma, si son muy importantes por la calidad de las pinturas que contienen. El primer día de turismo y la primera decepción. No nos permiten entrar con Tina en las catacumbas. Las chicas de la taquilla están dudando en dejarnos entrar ya que la perrita es pequeña y la llevamos en brazos, además, a esta hora, mediodía, no hay nadie. Pero al final, han dicho que no. El gozo en un pozo aunque ya sabemos que en muchos lugares no podremos entrar. Ahogamos la pena con una buena cerveza a la hora de comer.
Después de comer y con un calor sofocante nos vamos hacia Villa Adriana en Tívoli.
Tívoli se encuentra a poco más de 30 km de Roma y, a pesar de ser un municipio pequeño, tiene muchos atractivos por visitar: Villa Adriana y Villa d'Este son un buen ejemplo de ello fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999 y 2001 respectivamente.
Nosotros nos decantamos por Villa Adriana ya que Villa d'Este ya la hemos visto en una anterior visita .
La entrada a Villa Adriana cuesta 10 € y, aunque es un poco caro, vale la pena.
Esta villa fue el lugar de retiro del emperador Adriano. Se dice que al emperador no le gustaba el palacio del Palatino en Roma, por este motivo construyó su propio palacio. Fue construido en el siglo II d.C y aquí pasó sus últimos días gobernando su imperio y dedicándose a los encuentros con filósofos e intelectuales. Adriano fue un viajero incansable y en la construcción de su villa se inspiró en modelos principalmente griegos y egipcios. El lugar escogido fue cerca de Roma, bien comunicada y con canteras de mármol travertino, caliza y toba indispensables para la construcción. Además, era lugar de paso de los cuatro principales acueductos que abastecían a Roma de agua.
El complejo, casi una pequeña ciudad, constaba de 30 edificios entre palacios, templos, termas, bibliotecas, fuentes y todo lo necesario para albergar al emperador y toda su corte: cortesanos, pretorianos y esclavos.
Ocupa un espacio de 120 hectáreas de las cuales sólo se visitan 40. De la magnitud de la villa nos da una idea la maqueta que se encuentra en un edificio. Realmente impresiona la grandeza del complejo.
Hay muchas cosas por ver, nos armamos de valor y antes de empezar a caminar, compramos unas botellas de agua en unas máquinas expendedoras que hay poco después de la entrada.
De entre los restos más importantes de los edificios, podemos destacar:
-El Pecile: prácticamente es el edificio que encontramos una vez superada la entrada. Lo único que queda es una monumental muralla de casi 9 metros de alto. Era completado con pórticos a ambos lados que delimitaban un vasto espacio de 232 metros x 97 metros en cuyo centro se encuentra un estanque. La finalidad de éste edificio era proporcionar un espacio de paseo ideal para el emperador. Dando siete vueltas completas al perímetro del Pecile se recorrían 3 km que era la distancia que recomendaban los médicos.
El Pecile, debido a su importante desnivel, presenta numerosas pequeñas habitaciones posiblemente habilitadas para los esclavos y almacenamiento.
-Edificio de las tres exedras. Su función exacta no se conoce pero la destreza con que fueron trabajadas columnas y capiteles le da un valor muy importante.
-La villa de la isla. Un canal de forma circular en cuyo interior hay una pequeña isla a la que se llegaba a través de puentes levadizos de madera. Fue el refugio de Adriano en una necesidad de aislarse tanto físicamente como mentalmente.
-El Canopo. Un canal de agua flanqueado por elegantes pórticos sostenidos por seres mitológicos y Cariátides (copias exactas de las del Erectión) que acaba en un gran exedra. Desde lo alto de esta exedra caía una cortina de agua que, según parece, podría separar la imagen del emperador del resto de los mortales. La función del canopo tampoco es demasiado clara: podría tratarse de un espacio para celebraciones nocturnas como cenas y fiestas.
También se dice que podría tratarse de un lugar de culto dedicado a Antinoo, el adolescente por el cual Adriano perdió la cabeza, convirtiéndole en su favorito y que murió ahogado en el Nilo en extrañas circunstancias. Se dice que su muerte sumió al emperador en una gran tristeza. Elevó al efebo a la categoría de dios e inundó de estatuas sus palacios.
-Termas grandes y pequeñas.
Se necesita tiempo para verlo todo y hace un calor sofocante. Mi madre, pobre, ya no puede más. Regresamos al coche.
Entre el tiempo perdido al entrar en Roma y el tiempo empleado en Villa Adriana, se nos ha hecho muy tarde y debemos llegar a Barrea.
Entramos en la región de los Abruzos, un territorio predominantemente montañoso de picos elevados como el Gran Sasso y esto se nota en la temperatura Hemos pasado de los 40º en Villa Adriana a los 15º en pocas horas. Toda una revolución para el cuerpo que, aunque se agradece mucho, esperemos no nos pase factura.
Los pueblos que encontramos se arremolinan en lo alto de las colinas.
Las vacas circulan libremente por la carretera.
Barrea, es un pequeño centro turístico gracias al lago y al hecho de ser uno de los centros principales del Parque Nacional de los Abruzzos.
Hemos llegado al hotel Bucaneve, aunque más que hotel, es un hostal. La situación es buena, en lo alto del pueblo pero, hay que subir muchas escaleras.
La habitación es muy sencilla y, para tres personas, un poco justa. El lavabo es muy feo. Por suerte, sólo estamos de paso.
Nos acercamos en coche al pueblo para cenar. No hay demasiado para escoger ya que es bastante tarde y apenas se ve un alma. Nos quedamos en una pizzeria y Tina en el coche ya que no admiten animales. Después de la cena, a dormir.
14-JULIO-2010
Los pajarillos nos dan los buenos días, se nota que estamos en la montaña. Ayer dejamos botellas de agua y refrescos en una repisa de la ventana y hoy las encontramos como si hubiesen estado toda la noche en la nevera. Desayunamos y empezamos la ruta.
A pocos quilómetros de Barrea, encontramos Pescoconstanzo, una pequeña joya escondida entre las montañas. El centro, adoquinado, se remonta a los siglos XVI y XVII. Fue una importante localidad en la carretera que unía Nápoles con Florencia.
La Piazza del Municipio está flanqueada por varios palacios, como el Palazzo Comunale con su característica torre del reloj. Es una lástima, están haciendo obras y hay una gran lona que cubre la fachada.
Llegamos hasta la Collegiata di Santa Maria del Colle con una portada románica y un interior barroco.
Es un pueblo bonito y agradable de pasear y muy turístico.
Seguimos nuestro camino hacia Isernia una población sin apenas interés pero que, a nosotros, nos ha dejado huella.
Llevamos un coche pegado a nosotros. Hace rato intenta adelantarnos mientras circulamos por la ciudad. En una rotonda, se cruza por delante para coger la primera salida. Evidentemente, el choque es inevitable y el susto mayúsculo. Sacamos los papeles para hacer el "parte". El conductor, insiste en que nosotros tenemos la culpa. Imposible razonar con el. Por suerte pasa una patrulla de carabinieri. Mi madre está muy nerviosa y nos dicen que hay las dependencias de los carabinieri a la esquina y allí estaremos mejor.
Pasamos toda la mañana en el edificio. Por suerte, ha quedado demostrado que nosotros tenemos razón. Los policías se han portado muy bien, nos han ofrecido bebidas e incluso estaban dispuestos a llamar a un médico para visitar a mi madre. En cuanto al coche, por suerte, sólo ha sido plancha y el motor está en perfectas condiciones, con lo cual podemos continuar.
Aunque ha sido poca cosa, hemos estado muchas horas con la policía y hemos perdido mucho tiempo. Hoy no estamos para demasiado turismo y hacemos una selección de lo que queremos ver. Lo mejor será que lleguemos cuanto antes al apartamento. El antiguo Municipium romano de Saepinum, conocido como Altinia Saepinum es lo que vamos a ver.
El área arqueológica de Sepino se remonta al 293 a.C periodo durante el cual los romanos conquistan el territorio ocupado por los samnitas y empiezan a construir los edificios típicos de un municipio romano como los foros, basílicas, teatros, balnearios y necrópolis. Después del terremoto del año 346 d.C la ciudad sufrió una fuerte crisis económica y demográfica.
En el recinto arqueológico vemos una de las cuatro puertas de entrada concebidas a modo de arco triunfal.
La basílica tiene planta rectangular y un peristilo interno con 20 columnas de capiteles jónicos. Se construyó en los últimos años del siglo I a.C y sufrió una serie de restauraciones hasta finales del siglo IV-V d.C cuando, probablemente, se convirtió en un lugar de culto cristiano.
La fuente del grifo, bastante bien conservada, es una de las fuentes que encontramos en Sepino. Muestra la imagen en relieve de un grifo, animal mitológico con un aspecto de león alado y cabeza de águila.
Restos de un antiguo molino de agua.
El teatro es el edificio más impresionante del recinto arqueológico. Adosado a la muralla se conserva en buen estado la orquesta y las gradas inferiores. En la parte superior de las gradas se construyeron algunas viviendas aprovechando los mismos materiales del teatro.
La visita es bastante rápida ya que el recinto arqueológico no es demasiado grande y, además, es gratis.
Ponemos dirección Térmoli y, en nuestro camino, encontramos pequeños pueblos de casas muy agrupadas en las laderas de las colinas.
Llegamos a Térmoli, población situada en el Mar Adriático, con un tráfico muy intenso e imposible de aparcar. El apartamento oceano rooms indica que tiene aparcamiento pero, por lo que vemos, el aparcamiento es en la calle. Cesc nos deja delante con las maletas y el va en busca de un lugar donde dejar el coche.
El apartamento es moderno y bastante nuevo pero le faltan bastantes detalles. Se nota que se va acondicionando poco a poco. Hay un sofá cama y, en la pared de enfrente, un señor agujero en el que se intuye que hay que poner algo. A mi madre no le gusta nada este agujero.
Hay también una habitación independiente, bonita pero también le falta algo de calidez. El apartamento está bien pero se nota algo desnudo.
El baño está bien pero tiene un escalón al salir de la ducha que hay que ir con cuidado.
Cesc llega al apartamento casi media hora después de nosotras. Según dice, el coche está muy lejos, ya que no hay aparcamiento en ningún lugar. Por suerte ahora no lo necesitamos.
Salimos a cenar. Hay mucho ambiente en la ciudad. Esta a tope de gente y todos los restaurantes están llenos. En una terraza encontramos una pequeña mesa. Estamos en la playa y hoy toca cenar pescado.
Después de cenar damos una vuelta por Térmoli.
El Castello Svevo fue construido en el s. XI.
La ciudad antigua es pequeña, con callejuelas laberínticas y casas de color pastel.
La catedral es del s.XII, una obra maestra de arquitectura románica de Apulia, con una fachada en color crema y un impresionante pórtico central con arcadas.
Después del paseo nocturno, nos vamos al apartamento a descansar. El día, con topetazo de coche incluido, ha sido un poco duro.
Mañana más................................................................................................